"La libertad es un tesoro que debe ser constantemente preservado"

Antes de iniciar su Viaje Apostólico, el Santo Padre ha enviado un vídeo mensaje a los habitantes de Lituania, Letonia y Estonia; naciones que celebran sus 100 años de independencia y que el Pontífice visitará 

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A tan sólo dos días de iniciar su Viaje Apostólico a los Países Bálticos del 22 al 25 de septiembre, el papa Francisco ha enviado un vídeo mensaje saludando a los habitantes de Lituania, Letonia y Estonia.

A continuación, compartimos la traducción del mensaje del Santo Padre.

"Que­ri­dos ami­gos:

En vís­pe­ras de mi vi­si­ta a los Paí­ses Bál­ti­cos, Li­tua­nia, Le­to­nia y Es­to­nia, de­seo di­ri­gir un afec­tuo­so sa­lu­do a to­dos los que vi­ven en es­tas tie­rras. Si bien ven­go como Pas­tor de la Igle­sia Ca­tó­li­ca, me gus­ta­ría abra­zar a to­dos y ofre­cer un men­sa­je de paz, bue­na vo­lun­tad y es­pe­ran­za para el fu­tu­ro.

Mi vi­si­ta coin­ci­de con el cen­te­na­rio de la in­de­pen­den­cia de sus na­cio­nes y hon­ra­rá na­tu­ral­men­te a to­dos aque­llos cu­yos sa­cri­fi­cios en el pa­sa­do han he­cho po­si­bles las li­ber­ta­des del pre­sen­te. La li­ber­tad, como sa­be­mos, es un te­so­ro que debe ser cons­tan­te­men­te pre­ser­va­do y trans­mi­ti­do, como un le­ga­do pre­cio­so, a las nue­vas ge­ne­ra­cio­nes. En tiem­pos de os­cu­ri­dad, vio­len­cia y per­se­cu­ción, la lla­ma de la li­ber­tad no se apa­ga, sino que ins­pi­ra la es­pe­ran­za de un fu­tu­ro en el que, la dig­ni­dad dada por Dios a cada per­so­na, sea res­pe­ta­da y to­dos nos sin­ta­mos lla­ma­dos a co­la­bo­rar en la cons­truc­ción de una so­cie­dad jus­ta y fra­ter­na.

Hoy en día, ese sen­ti­do de so­li­da­ri­dad y ser­vi­cio por el bien co­mún es más ne­ce­sa­rio que nun­ca. Es­pe­ro que mi vi­si­ta sea una fuen­te de alien­to para to­das aque­llas per­so­nas de bue­na vo­lun­tad que, ins­pi­ra­das por los va­lo­res es­pi­ri­tua­les y cul­tu­ra­les más pro­fun­dos he­re­da­dos del pa­sa­do, tra­ba­jan pa­cí­fi­ca­men­te para ali­viar el su­fri­mien­to de nues­tros her­ma­nos y her­ma­nas ne­ce­si­ta­dos y para pro­mo­ver la uni­dad y la ar­mo­nía en la so­cie­dad, en to­dos los ni­ve­les.

Sé que mu­chos es­tán tra­ba­jan­do in­ten­sa­men­te para pre­pa­rar mi vi­si­ta y lo agra­dez­co de todo co­ra­zón. A to­dos us­te­des les ase­gu­ro mi cer­ca­nía en la ora­ción y les en­vío mi ben­di­ción. Y les pido, por fa­vor, que re­cen por mí. ¡Que Dios los ben­di­ga!"

(Ciu­dad del Va­ti­cano, va­ti­can­news.va)

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