El libro que recomienda Carlos Herrera, obra de un gran conocedor del Ejército: "Interesantísimo, créanme"

El comunicador, en ‘Herrera en COPE’, ha entrevistado al autor de una de las obras más completas sobre la muerte de Jesús de Nazaret

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El 23 de abril es un día importante para los lectores, ya que celebramos San Jordi. Es el Día del libro. Por ello, los comunicadores de COPE han dado a conocer algunas de la obras que le han marcado a lo largo de su vida. El pasado 24 de marzo, víspera de Semana Santa, el comunicador mejor valorado de la radio española, Carlos Herrera, tuvo la oportunidad de entrevistar a Manuel Pérez en 'Herrera en COPE', autor de uno de los libros más completos sobre Jesús de Nazaret.

En la localidad sevillana de Utrera el autor del libro es “el hijo de Mariano”. Así a secas. Estudió medicina porque siempre estuvo interesado en salvar la vida a las personas. Como médico en las Fuerzas Armadas, ha ejercido en siete misiones internacionales. Desde los Balcanes o desde Afganistán ha sido capaz de recrear la Semana Santa quemando incienso en una habitación y viendo vídeos de las cofradías de Utrera y de Sevilla, para sentir menos nostalgia.

Los dos hechos históricos que recoge la obra de Manuel Pérez

En '¿MURIÓ JESÚS EN LA CRUZ? Fisiopatología de la muerte de Jesús de Nazaret', acerca dos hechos de la Historia: la Pasión y la Crucifixión de Jesús de Nazaret. “El libro da una visión no solo anatómica, sino un análisis de cómo esas alteraciones tuvieron repercusiones sobre la función de órganos importantes”. Desde la oración en el huerto de los Olivos “una situación clara de agonía”. Jesús estaba sometido a un importantísimo grado de estrés, lo que supone que los niveles de cortisol y adrenalina estuvieran, también, muy altos en sangre: "Fue seguramente con muchos golpes, que producen ematomas, salidas de sangre, y dolor. No le contaban lo que le iba a pasar, así que eso le originaba estrés físico y psicológico".

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Durante la flagelación, se ve bien en la Sábana Santa algunos datos como que fue realizada por dos lictores de forma simultánea. Las zonas más afectadas fueron las piernas, caderas, espalda, hombros y vientre. Por las manchas de la Sábana se intuye que la flagelación la realizaron dos personas de forma simultanea: "Tanto por la derecha como por la izquierda". Posiblemente, el objetivo de la flagelación era dejarle vivo: "Al no encontrarlo culpable de un delito querían darle un escarmiento, enseñarlo y que se apadieran de él, pero se les fue de la manos", ha respondido el autor del libro.

La coronación de espinas supuso una pérdida de sangre importante y mucho dolor. No fue menos doloroso el camino al Calvario y el Proceso de la Crucifixión. La posición en la Cruz condicionaba la mecánica respiratoria en la Cruz, y el golpe de lanza dada por el legionario habría terminado por matarlo.

La imagen más representada en la Semana Santa, los nazarenos con la Cruz al hombro, no son fidedignos con la cruz que llevó Jesús porque no llevaba el travesaño: "Parece que no, porque además la costumbre romana era dejar la estipe, que es el palo vertical, en zonas donde fuera facilmente visible, y trasnportar solamente la parte trasnversal que es el patíbulo", ha explicado Manuel Pérez Alé. La crucifixión es muy particular y la mecanica respiratoria sea practicamente casi imposible por el dolor que estaba originando.

Este Médico de las Fuerzas Armadas analiza todo el sufrimiento desde un punto de vista médico y asegura que antes de bajar de la Cruz, Jesús de Nazaret tendría muy pocas posibilidades de seguir vivo. A día de hoy, la ciencia aún no ha podido explicar la Resurrección, pero “lo que hoy no podemos explicar no significa que no podamos explicarlo en el futuro”.

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