El testimonio en TRECE del párroco de La Paloma, un año después de la explosión: “Nos falta nuestra casa”

El Padre Gabriel Benedicto recuerda en TRECE el día de la explosión de gas que cambió su vida para siempre: "Tuvimos que despedirnos de nuestros amigos"

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El párroco de La Paloma de Madrid, Gabriel Benedicto, recuerda muy bien el 20 de enero de 2021, cuando una explosión de gas en la calle Toledo destrozaron los salones parroquiales del templo. Un año después, el edificio poco se parece respecto a cómo lucía hasta aquella fatídica tarde de miércoles de hace justo 365 días.

También cambió la vida de los familiares de los cuatro fallecidos en la tragedia: un sacerdote, un padre de familia numerosa, un albañil que trabajaba en una obra cercana y un ciudadano búlgaro que caminaba en ese momento por la calle. A ello se suman los diez heridos que dejó la explosión de gas.

Son todavía muchas las incógnitas que rodean a todo lo sucedido. La parroquia quiere llegar al fondo del asunto para que no se vuelva a repetir. El programa 'Ecclesia' de TRECE ha estado con el párroco de la iglesia madrileña y ha recorrido lo que queda del edificio.

“Un año después, estamos en un tiempo de empezar a mirar al futuro, por un lado con precariedad porque aquí se reunían la actividad parroquial, se hacían ensayos de coros, teatro, reuniones de vecinos, catequesis, apoyo escolar... Nos falta nuestra casa. Pero con esperanza de que un día volvamos a nuestro hogar y tener nuestra parroquia”, afirma.

Gabriel Benedicto no puede olvidar aquel 20 de enero de 2021. Era miércoles a la hora de comer y de repente en el ambiente reinaba un tufo a gas sospechoso: “Notamos olor a gas. Yo justo bajé a la iglesia porque me requerían. Por la zona de ventilación entraba la fuga de gas que no percibimos hasta minutos antes de la explosión y no hubo tiempo para nada. La explosión a cada uno nos pilló en cada sitio y tuvimos que despedirnos de nuestros amigos”, recuerda con tristeza el religioso.

La explosión marcó a unas familias que siguen sostenidas por la parroquia: “Están siendo apoyados por sus hermanos de comunidad, familiares y feligreses, con la colaboración y el cariño que necesitamos todos. Necesitamos amor”.

Tras la explosión el edificio quedó destruido, pero por suerte se salvaron algunas imágenes de gran valor sentimental, como el de una Virgen: “De alguna manera ella nos dice que soy vuestra madre, estoy cuando hay sufrimiento, dolor y soledad. Queda esa Virgen que nos mira”, explica a TRECE Benedicto.

Por ahora, la justicia no ha resuelto el motivo por el que se desprendió el tubo: “Se ha cerrado la vía penal y pasamos a la civil con el deseo de poder investiga por qué se desconectó el tubo, la causa real. Hay que salir de la conjetura a la probatura científica, y de momento esperamos acceder a la válvula y verificar lo que pasó”.

Pero mientras eso llega, confían en la generosidad y la providencia de Dios para reconstruir el edificio que fue su hogar.

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