¿Sabías que la celebración de las hogueras de San Juan guardan un detalle desconocido por muchos?

La noche de San Juan es una tradición que persiste después de muchísimos años pero no todo el mundo sabe este detalle

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Tradicionalmente la noche de San Juan se celebra entre el 23 y el 24 de junio y el motivo no es otro que el nacimiento de San Juan Bautista, quien “anuncia la llegada del Señor”. Este año la fiesta no se va a poder celebrar debido a la pandemia del COVID-19 y los ayuntamientos han pedido mucha atención a la hora de salir a la calle. Sin embargo, la tradición persiste y no todo el mundo sabe que hay un detalle de la fiesta que muchas veces pasa desapercibido.

San Juan nació un 24 de junio – aproximadamente 6 meses antes que Jesucristo – y el cristianismo celebra esta fecha cada año. Bautista de quien el propio Jesucristo dirá: “En verdad os digo que entre los nacidos de mujer no hay uno mayor que Juan Bautista” (Lucas, 13, 6).

La importancia de la festividad del Bautista que el cristianismo concede deriva de la trascendencia de este anuncio, algo que explica, también, su ubicación en el calendario, donde guarda una perfecta simetría con el nacimiento de Jesús: “San Juan es el precursor, el que anuncia que aquel que se dispone a bautizar es el Mesías”. Y, como precursor que es, “nace antes”, es decir, seis meses antes: “Si dividimos el año en dos mitades de seis meses, vemos que un nacimiento, el de Jesús, coincide con el solsticio de invierno y, si miramos el del Bautista, coincide con el solsticio de verano”. 

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El detalle desconocido por muchos

Por estas razones, desde muy pronto la fiesta litúrgica de San Juan Bautista se establece en el calendario cristiano. Su inclusión como festividad fue “prácticamente al mismo tiempo que la Pascua y la Navidad. Al margen de estas dos fiestas, el nacimiento de San Juan el Bautista fue la primera que adquirió un carácter solemne”, afirma el profesor Emili Boronat.

“La Iglesia celebra el nacimiento de Juan como algo sagrado y él es el único de los santos cuyo nacimiento se festeja”, explicaba el Obispo San Agustín en sus sermones ya en los primeros siglos del cristianismo. “Juan viene a ser como la línea divisoria entre los dos Testamentos, el antiguo y el nuevo. Así lo atestigua el mismo Señor, cuando dice: La ley y los profetas llegaron hasta Juan”, añadía el Santo Doctor de la Iglesia.

Muy probablemente la fiesta es más conocida por sus hogueras en las playas y plazas, pero muy pocas personas saben que esto también tiene un significado religioso. El padre de San Juan Bautista, Zacarias, encendió una hoguera para celebrar que su hijo había nacido.

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Hasta que vuelve "a nacer el sol"

Así como el nacimiento del Señor se celebra cada 25 de diciembre, cercano al solsticio de invierno (el día más corto del año), el nacimiento de San Juan es el 24 de junio, alrededor del solsticio de verano (el día más largo). Así, después de Jesús los días van a más y después de Juan, los días van a menos hasta que vuelve “a nacer el sol”.

La Iglesia señaló estas fechas por el siglo IV con la finalidad de que se superpongan a dos fiestas importantes del calendario greco-romano: “día del sol” (25 de diciembre) y el “día de Diana” en el verano, cuya fiesta conmemoraba la fertilidad.

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El origen de la fiesta

El origen de la fiesta resulta difícil de hallar, pero lo que está claro es que tiene una mezcla de particularidades de diferentes civilizaciones que el cristianismo luego adoptó y que se ha mantenido hasta la actualidad. La fiesta de San Juan era, con mucha probabilidad, una fiesta pagana que las sociedades cristianas absorbieron en la conmemoración de la natividad de San Juan el Bautista, el santo que tiene relación con el fuego (por la hoguera de su padre Zacarias) y con el agua (el bautismo de Jesús en el Rio Jordán).

El significado del fuego también viene de la fiesta pagana y en antiguos ritos donde el fuego era un elemento regenerador. Al parecer, muchos pueblos encendían hogueras en el día más largo del año para otorgar aún más fuerza al sol, que era el que traía el buen tiempo y hacía posible que los campos dieran sus frutos.

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