Mahira Bergallo: la atleta católica con parálisis cerebral que participará en los Juegos Paralímpicos de Tokio

La joven fue diagnosticada de su condición a los 14 años de edad. Desde entonces, descubrió en el deporte una forma de vida y de encuentro especial con Dios.

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Mahira Bergallo Brzezicki es la deportista paralímpica que representará a Argentina en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2021, que se celebrará entre el 24 de agosto y el 5 de septiembre. La joven, de 19 años de edad y residente en la ciudad de Oberá (Argentina), competirá en la modalidad de lanzamiento de bala. También es parte de un grupo de Renovación Carismática y estudiante universitaria de Comunicación Social.

Mahira se enteró de su nominación a los Juegos de Tokio la última semana de junio. La noticia, que para ella una sorpresa, le fue dada por la Federación Argentina de Deportistas con Parálisis Cerebral. La joven ha afirmado que representará a Argentina encomendada a Dios, portando una “pulserita con una cruz”.



La vida de Mahira

Mahira nació en 2001 en un parto complejo. Junto a ella nació su hermana melliza. Sin embargo, debido a la falta de oxígeno, Mahira sufrió una parálisis cerebral que afectó a su movilidad, aunque no a su capacidad intelectual.

Ningún especialista le diagnosticó esta condición hasta los 14 años, cuando hacía deporte en el colegio con cierta dificultad, algo que provocó burlas por parte de sus compañeros. Al serle notificada la parálisis cerebral, los expertos decidieron encauzar su entusiasmo hacia el deporte adaptado.

“Con los años, escuchando las historias de mis otros compañeros, logré entender que este es el hoy y estoy orgullosa de ser quien soy”, expresó Mahira.

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Sus mejores apoyos: el deporte, la familia… Y Dios

También fue una ayuda para la joven el hecho de que su familia nunca la tratara de forma diferente. También tiene palabras de agradecimiento para su entrenador y el grupo de atletismo en el que se encuentra integrada: “Me ayudaron a entender que esa era yo y encontré a la otra Mahira que no conocía”.

Pero, sobre todo, Mahira tiene una plena confianza en Dios: “Él me guió hasta donde me encuentro hoy”. Este entusiasmo es el que ella busca transmitir a los jóvenes que acompaña todos los fines de semana. Ella dirige, junto con su hermana, el grupo de oración juvenil, una comunidad con la que reza y recibe su formación espiritual.

Mahira ha descubierto en el deporte su camino a seguir, ya que se encuentra integrado en prácticamente todos los aspectos de su vida, incluso los que son promovidos dentro de su parroquia. También lo valora como un modo, no solo de prevenir muchas de las adicciones que sufren muchos actualmente, sino de tener un encuentro personal con Dios.



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