Vuelve a ver la Santa Misa de la toma de posesión de Mons. Saiz Meneses como arzobispo de Sevilla

TRECE retransmitió en directo desde la Catedral Hispalense la Misa en la que D. José Ángel Saiz Meneses se convirtió en el arzobispo número 130 de Sevilla

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Eran las 11.29h de la mañana cuando Mons. José Ángel Saiz Meneses tomaba en su mano el báculo y se convertía en el Arzobispo de Sevilla número 130 de la historia entre los aplausos de las 800 personas, entre autoridades civiles, militares y religiosas que han asistido a la toma de posesión del nuevo pastor de la Iglesia sevillana en la Catedral Hispalense, que lucía sus mejores galas. La limitación de aforo derivada de la pandemia no ha restado un ápice de emoción a esta mañana calurosa en Sevilla.

Ante la atenta mirada de la patrona de la ciudad, la Virgen de los Reyes, Mons. Meneses tomaba el relevo de Mons. Juan José Asenjo, que ha estado al frente de la Archidiócesis durante casi doce años.

Durante su homilía, ha saludado a las autoridades y ha invitado a la comunidad cristiana a afrontar los desafíos actuales y a hacerlo enraizados en la roca que es Cristo: “Inicio con asombro y respeto el primer día. Me siento pequeño e indigno. La confianza en el Señor que siempre y vuestro apoyo me da fuerza para iniciar este camino. Soy un eslabón más en la cadena apostólica de esta Catedral. E una diócesis de trayectoria fecunda y cristiana, que ha dado cultura, arte y solidaridad a lo largo de los siglos”, ha subrayado.

Una iglesia de grandes santos que han marcado la historia de la Iglesia y de Sevilla, ha recordado el nuevo purpurado, quien ha explicado que “la misión de la Iglesia continúa a lo largo de la historia, que quiere conducir a los hombres a la paz, el amor y descubrir el camino del Señor”.

Mons. Saiz Meneses es consciente de que uno de los desafíos a los que debe hacer frente como titular de la Archidiócesis de Sevilla es la creciente desigualdad que ha generado la crisis de la covid-19 a todos los niveles: “La pandemia ha desencadenado una crisis económica y social sin precedentes al que se suman los flujos migratorios. Situaciones de pobreza material y nuevas pobrezas por la soledad, falta de afecto, falta de esperanza, la falta de sentido y de fe, que es la pobreza más importante”.

“Ante la crisis económica y el fenómeno migratorio hemos de ser solidarios con el sufrimiento humano. La Iglesia debe ser expresión de amor de Dios, como pide el Papa. Un encuentro al débil, una Iglesia que se conmueve y afronta las situaciones, que cura las ideas y ofrece calidez al corazón, como Jesús”.

El Arzobispo nacido en Sisante (Cuenca) ha incluido también entre los desafíos hacer frente a una sociedad líquida, donde la desconfianza y la precariedad marcan buena parte de los vínculos entre las personas, a lo que se suma el “enjambre digital, en la que cada uno se construye su propio mundo y acaba originándose una suma de individualidades que nunca llega a ser un nosotros”, ha lamentado.

Ante todos los desafíos, Mons. Saiz Meneses planteaba de manera retórica “¿Qué podemos hacer nosotros, pobres y pequeños?” La respuesta que ha dado es la del amor de Dios: “Ante la cultura subjetivista, ofrecemos la centralidad de la persona en Jesucristo. Cristo es el centro de la vida y de la misión de la Iglesia. Ofrecemos un principio de defensa de la vida sobre todo cuando es la del débil e indefenso. Ante el empobrecimiento individual ofrecemos las seguridad de que el ser humano es capaz de encontrarse con Dios”, ha sostenido.

Para lograr todos los retos, apuntaba en la homilía Mons. Meneses, “nos inspira el ejemplo de tantos hermanos nuestros que nos han precedido a lo largo de la historia de nuestra diócesis en el signo de la fe, la esperanza y el amor. Nos inspira el testimonio martirial de las santas Justa y Rufina, y de la beata Victoria; nos inspira la inmensa tarea evangelizadora y catequizadora de los santos obispos Leandro e Isidoro”, ha detallado.

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