Juan de la Haba, oncólogo: “La clave de la enfermedad es convertir el sufrimiento en sacrificio por amor”

Un centenar de enfermos oncológicos del Hospital San Juan de Dios han visitado este fin de semana la ermita de la Virgen del Rocío

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Un centenar de enfermos oncológicos del Hospital San Juan de Dios junto a sus familiares caminaron durante el pasado fin de semana de la mano de la Hermandad del Rocío de Lucena hasta la Virgen del Rocío para depositar en sus manos todo su amor y todas sus plegarias. Bajo el lema “En el camino no estás solo” se dispusieron a peregrinar hacia la Blanca Paloma. El oncólogo Juan de la Haba les acompañó y ha concedido una entrevista a la diócesis de Córdoba.



Explica que la idea de la iniciativa surgió de “una persona enamorada del Rocío, Pedro Alcaide, un paciente mío que ha tenido una buena experiencia del Rocío y con toda generosidad ha querido compartirla, porque cuando uno tiene una buena experiencia trata de compartirla y ese es el punto inicial. Nos contagió esa devoción rociera a las personas que estamos a su alrededor y a partir de ahí nos lo hizo muy fácil para poder estar aquí”.

Juan cuenta emocionado que se queda con muchos de los momentos que ha vivido con esta experiencia. “Caminar es duro, caminar tienes que ir agarrado a la Virgen, a tu fe y a tu devoción. Tiene momentos muy duros, y a pesar de ello, cuando nos toca descansar lo que hace es sonreír, cantar y bailar”.

Sobre si ayuda la fe en el proceso de la enfermedad indica que “por supuesto que sí. Cuando lo vemos desde el punto de vista de la biología, podemos ver a la persona cómo el conjunto de células que sufren un daño y que vamos a tratar con sustancias químicas con las que buscamos una respuesta que te permita que esas células sigan viviendo. Dicho así queda incompleto y sobre todo cuando eres medianamente sensible en las consultas. Somos mucho más que un conjunto de células intentando vivir y saliendo adelante”.

Afrontar la enfermedad con positividad

“Creo que la gente más sencilla, más modesta, más pobre de espíritu son las que lo tienen más fácil, porque entienden que lo que le está pasando a ellos es lo que le pasa a todo el mundo y no tienen sentimiento de agravio universal. Si no tienes ese componente de ira o de agravio universal, no te poner a decir ¡qué mala suerte tengo! porque entiendes que es una cosa que le puede pasar a todo el mundo, esas personas tienen el primer paso para ser feliz. Yo creo que en el momento en que tú le das un sentido a lo que haces o a lo que te está pasando, soportas la enfermedad y de ahí al paso de ofrecer tu muerte por algo superior como lo hizo Jesucristo, quien se abrió de brazos y nos llenó de amor. Eso lo hacen personas, yo lo he visto en la consulta, personas que dejan de ser ellos para que tú seas, para que entiendas lo que es la generosidad, el sufrimiento en silencio, pensar en ti. Los enfermos son gente muy agradecida y hay que sacar todo el jugo y aprender de ellos”.

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