Gil Tamayo en su toma de posesión: “Sin añoranzas estériles, anunciemos el Evangelio en nuestro mundo”

El nuevo arzobispo coadjutor de Granada ha pedido en su ministerio "la sabiduría para guiar en comunión al Pueblo de Dios"

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Pido en mi ministerio la sabiduría para guiar en comunión al Pueblo de Dios, la sabiduría de la cruz, de la que habla S. Pablo, que es necedad y locura a los ojos del mundo, pero que expresa los valores del Reino que proclama Jesús”. Estas han sido las primeras palabras de José María Gil Tamayo como nuevo arzobispo coadjutor de la archidiócesis de Granada. Su toma de posesión se ha realizado este sábado en la catedral granadina.



El nuevo prelado granadino ha indicado que llega a la archidiócesis a “ejercitar mi servicio episcopal en misión compartida con D. Javier, en profunda comunión con él y con el presbiterio de Granada”. Se ha dirigido a Monseñor Martínez agradeciendo “su acogida y cariño que me ha dispensado desde que el Papa nos notificó mi nombramiento”. También se ha referido a los sacerdotes de Granada afirmando que “sé por convicción y por experiencia que el obispo no puede nada sin los sacerdotes. La diócesis, nos dice el Concilio, se encomienda a un obispo para que la apaciente en colaboración con sus presbíteros. Pido vuestra ayuda”.

En sus palabras hacia la Iglesia de Granada ha afirmado que “me pongo hoy a caminar con vosotros, con esta Iglesia que lleva ya un largo camino llenos de santidad y de realidades cristianas vivas y con esperanza ante los retos evangelizadores que se nos presente, sabiéndonos como nos dice el Papa Francisco ser una Iglesia en salida. ¡No somos administradores de decadencia! ¡Que el pesimismo no nos contamine ni nos paralice! ¡Fortalezcamos la esperanza! Dios no nos va a faltar.

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Gil Tamayo ha hecho referencia a dar cumplimiento al mandato misional de Jesús aquí y ahora: “Id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándolesa guardar todas las cosas que os he mandado” (Mt 28,19-20.

Llamados a una nueva 'salida' misionera

Ha añadido que “hoy, en este «id» están presentes los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia, y todos somos llamados a esta nueva «salida» misionera. Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar esta llamada: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio”. Ha continuado explicando que "esta es la misión a la que de forma renovada estamos llamados en el aquí de nuestra tierra de Granada y de Andalucía, de España, en el ahora del siglo XXI, sin añoranzas estériles ni ilusionismo que nos paralicen o evadan de la tarea".

Ha abogado además por anunciar el Evangelio en nuestro mundo, que se ha secularizado, siendo “evangelizadores con espíritu”, con experiencia de Cristo. “Pongamos a Dios en el centro de nuestra vida, de nuestras costumbres, de nuestra cultura. En coherencia con la tradición cristiana de nuestros mayores y, en respeto exquisito a la libertad de nuestros conciudadanos, ser consecuentes sin complejoscon nuestra fe en lo personal y en lo social”.

Valor del testimonio de la Vida Consagrada

Ha destacado la importancia de potenciar la iniciación cristiana y la educación en la fe. “Que gran tarea la labor educativa cristiana tan presente en nuestra diócesis. Qué gran valor el del testimonio de la Vida Consagrada. Así como el del apostolado seglar, de la familia, de la pastoral juvenil y cómo no pensar en el reto que tiene ante sí la pastoral universitaria, con esa riqueza humana y cultural que es para Granada la presencia de tantos miles de universitarios entre nosotros y de todo ello saldrá fruto de la pastoral vocacional. Dios sigue llamando, queridos seminaristas”.

Ha destacado que la tarea, y la misión, no sería la de Jesús si se pone en un primer lugar a los pobres, a los enfermos, a los más desvalidos. Ha recordado las palabras del Papa Francisco: “De nuestra fe en Cristo hecho pobre, y siempre cercano a los pobres y excluidos, brota la preocupación por el desarrollo integral de los más abandonados de la sociedad. Cada cristiano y cada comunidad están llamados a ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres, de manera que puedan integrarse plenamente en la sociedad; esto supone que seamos dóciles y atentos para escuchar el clamor del pobre y socorrerlo” (EG 186-187). “¡Gracias por la labor que Cáritas y otras instituciones de la Iglesia como Manos Unidas, así como las que la Vida Consagrada desarrolla en favor de los más pobres!”.

Protección de la Virgen de las Angustias

Por último se ha puesto bajo la protección de Nuestra Señora de las Angustias, Madre y Señora de Granada. “María es lo que debe ser la Iglesia” ha indicado haciendo referencia a las palabras de San Juan Pablo II, del que el próximo mes de noviembre se cumplirán 40 años de su visita a Granada. “Que ella nos ayude a ser una Iglesia en comunión, en participación y misión compartida, en sinodalidad. Que San Cecilio, San Juan de Dios, el beato Fray Leopoldo y demás santos granadinos, intercedan por nosotros” ha finalizado ante una catedral que se llenó de interminables aplausos al nuevo prelado granadino.

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