El joven migrante acogido por los frailes mercedarios, ejemplo de fraternidad: "Allí encontré una familia"

Abdellah Laruki tene 32 años y llegó a España desde Marruecos con catorce, es decir, cuando aún era menor de edad. Gracias a la caridad logró salir adelante

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Esta es la historia de Abdellah Laruki. Tiene 32 años y llegó a España desde Marruecos con catorce, es decir, menor de edad. Fue acogido a través del sistema estatal de tutela para menores extranjeros no acompañados (MENA), por una comunidad de frailes mercedarios. «Allí encontré una familia», dice el joven.

Los mercedarios pertenecen a la orden religiosa de la Virgen de la Merced que crearon la primera casa de acogida para menores en 1987. A partir de aquel momento, empiezan a crear más pisos por la zona de Madrid. En la actualidad disponen de un total de “diez pisos de acogida para jóvenes y mujeres en riesgo”. El objetivo es “darles una respuesta hasta que cuenten con la documentación adecuada para poder enfrentarse a la vida de manera autónoma”.

«Encontré personas implicadas, dándome la formación, aprendizaje del idioma, ahabilidades sociales, acompañamiento diario, para ganar autonomía y posteriormente salir a una vida independiente», ha explicado Abdellah.

“Yo soy educador social, he trabajado durante siete años con los menores y ahora trabajo con los jóvenes. Nuestro objetivo es principalmente que ellos se sientan acogidos y desarrollar un itinerario de crecimiento personal que se diseña con ellos” añade Abdellah. “Lo primero, obviamente, es el idioma y luego intentar que tengan una formación profesional para que puedan incorporarse al mercado laboral” dice el joven trabajador.

"Agradezco a la sociedad española la acogida en general, y a la casa de acogida de la Orden la Merced y a la iglesia por todo lo que hace por las personas migrantes y por la sociedad en general", ha subrayado el joven migrante.

'Soñar lo posible', la iniciativa de la Conferencia Episcopal y de los medios de comunicación de la Iglesia

'Soñar lo posible' es una iniciativa de laConferencia Episcopal y de los medios de comunicación de la Iglesia (Ecclesia, COPE y TRECE) para profundizar en la nueva encíclica del Papa Francisco 'Fratelli tutti'. Cada semana se ofrece un tema para reflexionar y acercarse a este documento pontificio sobre la fraternidad y la amistad social.

¡Qué importante es soñar juntos! nos exhorta el papa Francisco en “Fratelli tutti”. Por eso, una de las propuestas que lanza en su escrito es “soñar como única humanidad. Feliz quien ame al otro tanto a su hermano cuando está lejos de él como cuando está junto a él. Necesitamos un amor que va más allá de las barreras de la geografía y del espacio.

Estamos llamados a una fraternidad abierta, que permite reconocer, valorar y amar a cada persona más allá de la cercanía física. Más allá del lugar del universo donde haya nacido o donde habite. Para ello pedimos un corazón sin confines, capaz de ir más allá de las distancias de procedencia, nacionalidad, color o religión

Todos los seres humanos hemos sido creados por Dios iguales. Iguales en los derechos, en los deberes y en la dignidad. Él nos ha llamado a convivir como hermanos. He ahí un hermoso secreto para soñar y hacer de nuestra vida una hermosa aventura. Nadie puede pelear la vida aisladamente.

Se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante. ¡Qué importante es soñar juntos! Solos se corre el riesgo de tener espejismos, en los que ves lo que no hay; los sueños se construyen juntos. Soñemos como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos. Cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, todos hermanos.

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