Un perrito pierde a su dueña y su reacción deja a todos los vecinos sin palabras

El pastor alemán fue adoptado tras estar abandonado en el campo cuando era un cachorro

Redacción Religión

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El perro es el mejor amigo del hombre. Una frase un tanto manida y muy recurrente entre la población, pero que pueden atestiguar millones de personas que han convivido con estas mascotas. La lealtad de los canes a sus dueños, siempre y cuando sean bien cuidados, está más que demostrada. A continuación, daremos a conocer, una vez más, una historia que da buena cuenta del vínculo que se establece entre los perros y sus dueños.

Es el caso de Tomy, un pastor alemán que asistía cada día a misa. Según hemos podido saber desde COPE.es, su presencia era muy bien acogida entre los feligreses de la parroquia, ubicado en una pequeña localidad de Brindisi, en Italia.

Pero Tomy no estaba interesado en acceder a la iglesia para molestar o incomodar tanto al párroco como a los asistentes. De hecho, se sentaba pacientemente alrededor del altar de la parroquia durante toda la celebración eucarística.

La historia que escondía la realidad del perrito Tomy

Tomy era un perro abandonado que fue adoptado cuando aún era un cachorro por una señora con la que coincidió en medio del campo. Las circunstancias hicieron que ambos forjaran un vínculo lleno de amor y amistad. Pero, lamentablemente, su dueña falleció con tan solo 57 años de edad cuando Tomy apenas había cumplido los siete.

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La iglesia fue el último lugar donde Tomy volvería a ver a su dueña, ya muerta, en el momento en el que le oficiaron una misa de despedida. Desde entonces, el perro decidió asistir cada día a la misa justo en el momento en el que sonaban las campanas. El objetivo de Tomy no era buscar comida o cobijo. Tal vez pensaba que su dueña volvería en cualquier momento del último lugar en el que coincidieron.

Detrás de su afición se escondía una emotiva historia que dejó a todos impactados cuando la conocieron. Muchos ni siquiera podían contener el llanto. Cuando se conoció la historia, la comunidad decidió adoptar a Tomy de nuevo para cuidarle y alimentarle. Un tiempo después, la hija de la dueña decidió llevárselo a su casa, pero cada mañana Tomy siempre se escapaba a la parroquia para seguir la homilía.

El perro Tomy murió con trece años

Así pasaron los años hasta que, con trece, Tomy fue hallado muerto cuando dormía como consecuencia de una dolencia cardíaca. Fue la hija de su dueña quien anunció la mala nueva: “Por desgracia tengo que a dar todos una triste noticia. Tomy ya no está entre nosotros. Murió debido a un paro cardíaco. Descanse en paz, querido amigo”.

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Tras conocerse la noticia, fueron muchos los mensajes de condolencias los que recibió la comunidad, tanto de Italia como del exterior, especialmente a través de Internet. Todos estaban conmovidos por la intrahistoria de este fiel amigo: “Fue un amigo de la comunidad y uno de los perros más leales de los que he oído hablar. Esto es realmente muy doloroso y espero que Tomy haya encontrado la paz y el amor que se le había ido una vez”, agregó el párroco tras conocer su fallecimiento.

Una vez más queda demostrado que los perros son el mejor amigo del hombre.

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