¿Sabes todo lo que celebramos los cristianos el primer día del año?

Esta fiesta del 1 de enero

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Los días de Adviento y de Navidad tienen un claro protagonista: el Niño Jesús. Si por algo se celebran estas fiestas es por renovar el acto de amor de Dios de querer entrar en la Historia de la Humanidad y en la de cada uno de nosotros.

Para que el portal de Belén, la preparación de Adviento, la llegada de los Reyes Magos o la propia celebración de Navidad tengan sentido, la Iglesia recuerda hoy a María, Madre de Dios.

El homenaje a la Virgen María en este 1 de enero está elegido de forma intencional en la Iglesia. Además, viene acompañado de otras curiosidades que te contamos en Religión COPE.

Un “sí” libre a Dios

Sin el “sí” de la joven María al anuncio del arcángel San Gabriel, se desconoce qué se celebraríamos por estas fechas. Su confianza en el plan de Dios también nos hace celebrarla a ella como Madre Nuestra.

El Papa San Juan Pablo II nos recordaba que esa afirmación de María al Ángel prueba cómo Dios pidió su consentimiento y que ella lo hizo con plena libertad. Además, el santo nos recuerda lo que significa que Dios quisiera tener una madre entre los hombres: que asumía la condición de hombre y nos devolvía al ser hijos de Dios.

Madre de Dios hecho Niño y parte del pueblo hebreo

A partir del 25 de diciembre se celebra en la Iglesia lo que se conoce como “la octava de Navidad”. Se trata de los ocho días posteriores al Nacimiento de Jesús. ¿Por qué son ocho? Porque, según la tradición de los judíos desde Abraham, a los ocho días el bebé era circuncidado y recibía en esa ceremonia su nombre.

El Hijo de Dios entraba así en el pueblo hebreo con el nombre que María le puso por anuncio del Ángel: Jesús.

Madre de Dios y de los primeros cristianos

Los primeros cristianos ya llamaban a María la theotokos, que en griego quiere decir “Madre de Dios”. Este reconocimiento estaba escrito en las paredes de las catacumbas donde se ocultaban los cristianos de la persecución del Imperio Romano.

Además de en Europa, en Oriente, en países como Egipto, los cristianos también atribuían ese honor a la Virgen como Madre de Dios. Más tarde, la Iglesia en uno de sus concilios, el de Éfeso, la reconocieron oficialmente en la Iglesia como “Madre de Dios”.

María Madre de Dios...y Reina de la Paz

Al principio, esta fecha se festejaba al día siguiente del Nacimiento de Jesús, el 26 de diciembre, según la tradición del siglo V. Tres siglos más tarde, se ubicó esta fiesta dentro de la octava de Navidad.

Tiempo después, el Papa Pío XI volvió a mover la fecha en el calendario. La celebración de María Madre de Dios pasaba a ser el 11 de octubre, para recordar aquél concilio de Éfeso. Esa fecha también fue especial para María Madre de Dios. Bajo su amparo, el Papa San Juan XXIII dio comienzo al Concilio Vaticano II en 1962.

No obstante, la reforma de la liturgia de 1969 restableció el 1 de enero como fiesta de María Madre de Dios. Esta fiesta coincidía además con otro título que se le otorgó a la Virgen. El Papa San Pablo VI había declarado el 1 de enero como Jornada Mundial de la Paz. Por lo tanto, María Madre de Dios es también Reina de la Paz.

María Madre de Dios, dogma de dogmas de la Virgen

Un dogma es un punto o aspecto de la religión que es incuestionable. En el caso de la Virgen María, el ser “Madre de Dios” es el dogma que da sentido a todos los demás que se le atribuyen. Algunos más son su Asunción al Cielo en cuerpo y alma o su Virginidad Perpetua. Otros honores que se le rinden a la Virgen figuran en las letanías del Rosario, como son Puerta del Cielo, Madre de la Iglesia o Madre del Buen Consejo, entre otros.

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