El emotivo saludo viral de una estrella del fútbol americano a unas monjas

Philip Rivers, uno de los mejores quarterbacks de fútbol americano de la NFL, no tiene pudor en mostrar su fe católica saludando a unas monjas

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Philip Rivers (Decatur, Alabama; 1981) es uno de los mejores quarterbacks de la historia de la NFL, la liga profesional de fútbol americano. Juega en Los Angeles Chargers, uno de los equipos punteros de la liga americana y su saludo a unas monjas en pleno partido, se ha hecho viral.

A pesar de ser una auténtica estrella, Rivers lleva una vida alejada de las excentricidades propias de muchos de sus compañeros. A sus 37 años, el norteamericano lleva una vida bastante normal. Está casado y es padre de nada menos que nueve hijos.

Para él, la fe es muy importante. Donde nació, en el Condado de Morgan, en Alabama, solo eran 15 niños católicos. Pero eso no supuso un problema para el pequeño Rivers. De hecho, en una entrevista para el National Catholic Reporter explicó que esa necesidad de confrontar continuamente su fe con la de los demás le ayudó a convertir luego al catolicismo a quien hoy es su mujer, Tiffany.

La importancia de su fe católica

La fe tiene una importancia capital en la vida de este jugador de la NFL. Al comienzo de su carrera, incluso, se planteó si podría dedicarse profesionalmente a este deporte. La mayoría de los partidos son los domingos, y para Rivers, el domingo está reservado para acudir a la parroquiacon su familia. Pero entre las misas de víspera y las iglesias que celebran la eucaristía a primera hora de la mañana, Rivers ha logrado organizarse y compatibilizar su fe y el deporte que ama.

Lo primero es la fe

“Si pongo el fútbol por encima de mi fe y de mi familia, seré peor jugador, no mejor. Poner las cosas en su orden correcto te ayuda a hacer mejor cada una de ellas. Evitar la idolatría te ayuda a tener una correcta perspectiva de la vida, y a cambio a vivir con mayor eficacia. Lo primero es la fe, luego la familia, luego el fútbol”, afirmaba en esa entrevista.

El saludo que recorre el mundo

Philip Rivers es, además, un benefactor de las Hermanas Dominicas de María, Madre de la Eucaristía, una congregación religiosa que es auténtico fenómenos vocacional. Fueron fundadas en 1997 y ya son 140 religiosas, con una edad media de 32 años, y asentadas básicamente en los estados de Texas y California.

Por eso, el pasado domingo, cuando vio a unas hermanas de esta congregación en la grada del Ford Field, la casa de los Detroit Lions, equipo al que Rivers se iba a enfrentar, no dudó en acercarse a saludarlas.

El momento del saludo ha quedado inmortalizado por la cadena de televisión estadounidense ESPNy acumula decenas de reacciones entre sus seguidores. Una muestra más de que, para Rivers, la fe es lo más grande que hay en su vida.

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