Así consiguió un grupo de jóvenes que se 'apareciera' la Virgen María

El santuario de la Virgen de Schoenstatt nace de la mano de unos jóvenes en Alemania

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José creció en un orfanato y la falta de sus padres, hizo que se fijara especialmente en la Virgen María. Ella fue su Madre durante su vida, y esa familiaridad con ella y con Dios, hizo que decidiera ser sacerdote cuando todavía era muy joven. Lo que no sabía es que después de una dura enfermedad, de dos guerras mundiales y del paso por un campo de concentración; cien años más tarde, gracias a su obra miles de personas en todo el mundo podrían sentir esa familiaridad con María y nuestro Padre.

Todo comenzó en un pequeño seminario en Vallendar, un lugar remoto al sur de Alemania. Unos jóvenes se sentían disconformes con las reglas que les imponían, y al ya padre José, le tocó lidiar con ellos. Para motivarles y sabedor de que las reglas no cambiarían, invitó a este grupo de estudiantes a ofrecer las cosas que les costaban a la Virgen y a ver su situación de otra forma. Un día, les llevó a una capilla abandonada que utilizaban como trastero. Lo limpiaron, lo arreglaron y decidieron que ese sería su rincón; el lugar donde podrían rezar juntos.

Nuestro sacerdote protagonista leyó durante esa época la historia de Bartolo Longo, un hombre que erigió un santuario mariano en Pompeya, Italia. normalmente, este tipo de templos se construían con motivo de una aparición, pero este italiano invirtió el orden de los facotres... sin alterar el producto.

El nacimiento del Santuario

Un día el padre José llevó a los chicos a los que dirigía espiritualmente a su pequeña capilla 'particular'. Y en la oración, poniéndose delante de ellos, les invitó a que ofrecieran su vida a María, para que Ella hiciera de ese pequeño templo, su hogar. El padre, les motivó para que todo aquello que pasaba en su vida, fuera ofrecido como parte de un capital a su Madre, y que ella lo convirtiera en gracias para otros jóvenes. Que sus esfuerzos, sufrimientos.... y también sus alegrías, puedieran convertirse en una ofrenda que hiciera que otros pudieran conocer a Dios.

Y la Virgen María, sin duda, respondió. Pocos años después estalló una de las guerras más terribles de la historia de la humanidad. Aquellos jóvenes que querían ser sacerdotes y trabajar por ser santos, fueron reclutados al frente. Y a pesar de las condiciones de la guerra, no se olvidaron de ese lugar que les había motivado tanto: la casa de su Madre.

Prueba de que no se olvidaron de Ella, es que muchos de ellos murieron con una carta para su Madre del cielo en el bolsillo. Muchos de los chicos del padre José nunca volvieron... pero cuando terminó la guerra se encontró con otros muchos chicos, que querían conocer el lugar del que habían oído hablar en el frente.

El Movimiento Apostólico de Schoenstatt

Así nace el Movimiento Apostólico de Schoenstatt. Hoy esa pequeña capilla abandonada es el Santuario de Nuestra Señora Tres Veces Admrable de Schoenstatt y existen más de 200 répilcas repartidas por todo el mundo: India, Chile, EEUU, Italia, África y España entre otros. El padre josé Kentenich fue incluso encarcelado durante la época del régimen nazi, y tuvo que vivir los años de la guerra en el campo de concentración de Dachau.

A pesar de todas las complicaciones, fueron estas las que hicieron que el movimiento hoy, esté también en España, que hace 50 años el próximo 18 de octubre. El sacrificio y la fe de ese grupo de jóvenes, en un pueblo perdido de Alemania, se transformó -gracias a María- en algo que ayuda a miles de personas en la actualidad. Por tanto... la Virgen María se 'apareció' finalmente en ese Santuario.

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