Carta pastoral de Mons. Sebastià Taltavull: La caridad política y el amor social nos implican a todos
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El Compendio de doctrina social de la Iglesia dice que "para plasmar una sociedad más humana, más digna de la persona, es necesario revalorizar el amor en la vida social -a nivel político, económico, cultural-, haciéndolo la norma constante y suprema de la acción" (nº 582). De la misma manera, entiende que "el amor debe estar presente y penetrar todas las relaciones sociales: especialmente aquellos que tienen el deber de proveer al bien de los pueblos se afanen por conservar en sí mismos e inculcar en los demás, desde los más altos hasta los más humildes, la caridad, señora y reina de todas las virtudes. Ya que la ansiada solución se ha de esperar principalmente de la caridad, de la caridad cristiana entendemos, que compendia en sí toda la ley del Evangelio y que, dispuesta en todo momento a entregase por el bien de los demás, es el antídoto más seguro contra la insolvencia y el egoísmo del mundo" (nº 581). A partir de aquí, dice que este amor es llamado "caridad social" o "caridad política".
Para ayudarnos a vivirlo, el papa Francisco profundiza en el sentido de este amor social, que será el que hará posible que avancemos "hacia una civilización del amor a la que todos podamos sentirnos convocados" (FT 183). Y añade: "El amor social es una fuerza capaz de suscitar vías nuevas para afrontar los problemas del mundo de hoy y para renovar profundamente desde su interior las estructuras, organizaciones sociales y ordenamientos jurídicos". Más todavía, "La caridad está en el corazón de toda vida social sana y abierta" (FT 184). Por ello, el Evangelio solo puede ser acogido, conocido, vivido y transmitido desde un clima de amor. Independientemente o más allá del vario significado que damos a esta palabra, hoy tenemos la oportunidad de escuchar de labios del propio Jesús la trascendencia de la experiencia que contiene y nos ofrece: "Tal como el Padre me ama, así os amo yo. Permaneced en mi amor" (Jn 15,9)). Se trata del mismo amor de Dios hecho realidad en nuestra vida, mejor dicho, Dios mismo que "es amor" (1Jn 4,8).
Clima y mirada de amor. Este -en el sentido pleno de la palabra y las consecuencias que comporta- es el núcleo del verdadero espíritu de la política y que se traduce en verdadera caridad política porque llega a ser ofrenda de la propia persona al servicio de los demás y del bien común. Es maravilloso poder decir que "sólo con una mirada cuyo horizonte esté transformado por la caridad, que le lleva a percibir la dignidad del otro, los pobres son descubiertos y valorados en su inmensa dignidad, respetados en su estilo propio y en su cultura, y por lo tanto verdaderamente integrados en la sociedad" (FT 187). La caridad política y el amor social se expresan en la abertura a todos y, por la fe, nos abren los ojos a la acción global del Espíritu, que destruye muros que separan, construye puentes que unen, abre fronteras y crea la tan deseada fraternidad universal.
+ Sebastià Taltavull
Obispo de Mallorca