Francisco oficiará la misa matutina del lunes 18 de mayo desde el altar de la tumba de San Juan Pablo II

La misa se enmarca en la conmemoración de los cien años del nacimiento del Santo Pontífice, y con el que Francisco pone fin a las transmisiones de las homilías desde Santa Marta

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El Papa Francisco retransmitirá el próximo lunes, 18 de mayo, la misa diaria que oficia en la capilla de la Casa Santa Marta desde el altar de la tumba de San Juan Pablo II, con motivo del cien aniversario del nacimiento del Santo Pontífice. Karol Wojtyla nació en el año 1920, en 1978 fue elegido obispo de Roma, en 2005 falleció y fue canonizado en 2014.

Con esta misa especial del próximo lunes, se pone fin a las transmisiones de las homilías de Francisco desde Santa Marta, que se pusieron en marcha hace dos meses con el inicio del confinamiento con motivo de la propagación del COVID-19.Con motivo de la reanudación de las misas con presencia del pueblo en Italia, el Santo Padre interrumpe la transmisión en vivo de la misa que comienza a las siete de la mañana.

La transmisión en directa por televisión, radio y streaming de la celebración de la misa matutina de Santa Marta y la decisión de celebrarla diariamente durante este período de cuarentena, fueron un regalo inesperado y hermoso. Mucha gente, incluso los que están lejos de la Iglesia, se sintieron acompañados y apoyados por el Papa que, de puntillas, al comienzo del día, llamaba a las puertas de sus casas. Muchos han aprendido la importancia y el consuelo del encuentro diario con el Evangelio. Nunca antes tanta gente había seguido la liturgia de la semana por televisión y con algunos minutos de adoración silenciosa del Santísimo Sacramento.

La belleza y sencillez de las homilías espontáneas pronunciadas por el Papa nos permitieron entrar en las páginas del Evangelio, como si hubiésemos estado presentes cuando esos eventos tuvieron lugar. Durante la emergencia que nos obligó a permanecer confinados dentro de los muros de la casa, se confirmó la importancia de este magisterio cotidiano, aún más decisivo en momentos de incertidumbre, de sufrimiento, de angustia, de tantas preguntas sobre el futuro.

Las homilías de Santa Marta representan un aspecto significativo del servicio de Francisco como Obispo de Roma. Muchos ya estaban acostumbrados a seguirlas a través de los resúmenes provistos por los medios de comunicación del Vaticano y los volúmenes de la Librería Editorial Vaticana que las recogen anualmente. En los últimos dos meses, sin embargo, ha sido diferente, porque la transmisión en vivo ha ofrecido la oportunidad de participar, aunque a distancia, en estas celebraciones diarias, viendo al Papa predicar y comentar las Escrituras de modo espontáneo.

Varios millones de personas entraron en contacto con estas misas cada día. Muchos han escrito para dar las gracias. Ahora, con la reanudación de las celebraciones con el pueblo en las iglesias italianas, comienza una nueva fase. A muchos, pueden estar seguros, les faltará esta cita cotidiana. Pero, como dijo el propio Francisco, es necesario volver a la familiaridad de la comunidad con el Señor en los sacramentos participando personalmente en la liturgia. Eso, sin olvidar otra invitación del Papa, la de “frecuentar” las páginas del Evangelio todos los días, con el contacto cotidiano al que nos habían acostumbrado las misas televisivas de Santa Marta.

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