Así ha sido la visita del papa al Ayuntamiento de Roma

El Papa Francisco se ha asomado a uno de los balcones del Ayuntamiento de Roma para contemplar el Foro de la ciudad

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El Papa Francisco ha visitado la Sede del Ayuntamiento de Roma, acogiendo la invitación de la alcaldesa de la ciudad, Virginia Raggi. Se trata del cuarto pontífice que visita esta Sede: el primero fue Pablo VI en 1966, seguido por Juan Pablo II en 1998 y por Benedicto XVI en 2009.

Durante la visita, ha dado un discurso ante las autoridades y se ha asomado al único balcón de la ciudad en el que se pueden contemplar unas preciosas vistas del Foro de Roma.  

El Santo Padre ha dado un discurso en el que se a dirigido a las autoridades. Un momento de elogio a la ciudad de Roma, a su historia, a su patrimonio artístico, cultural y espiritual, que “a lo largo de sus casi 2.800 años de historia”, “ha sabido acoger e integrar a diferentes poblaciones y personas provenientes de todo el mundo, pertenecientes a las más variadas categorías sociales y económicas, sin anular sus legítimas diferencias, sin humillar ni aplastar sus respectivas características e identidades” reconociendo el carácter plurivalente de la así llamada “Ciudad eterna”, subrayó la necesidad de “diálogo” entre el poder temporal y aquel espiritual.

Además, el papa ha señalado que: “Por una coincidencia que es difícil no llamar designio, aquí han coronado con el martirio su misión los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, y su sangre, unida con la de muchos otros testigos, se ha transformado en la semilla de nuevas generaciones de cristianos”.

El diálogo al que se refiere el Papa, debe conducir  a “colaborar constantemente en el respeto mutuo”, necesitado de creatividad “tanto en el tejido cotidiano de las buenas relaciones, como en el tratamiento de los muchos problemas que la gestión de una herencia tan inmensa necesariamente conlleva”.

Un cofre de tesoros espirituales

La “Ciudad eterna”  - dijo el Papa – es como un enorme cofre de tesoros espirituales, histórico-artísticos e institucionales, y al mismo tiempo es el lugar habitado por cerca de tres millones de personas que aquí trabajan, estudian, rezan, se encuentran y llevan adelante su historia personal y familiar, y que en su conjunto son el honor y el esfuerzo de todo administrador, de todo aquel que trabaje por el bien común de la ciudad. Por lo tanto, necesita de “cuidados humildes y asiduos y coraje creativo para mantenerse ordenado y vivible, para que tanto esplendor no se degrade”.

Además, el Papa Francisco ha recordado el Congreso de 1974 titulado "Las responsabilidades de los cristianos frente a las expectativas de caridad y justicia en la Diócesis de Roma", más conocido como el congreso “sobre los males de Roma”, que se comprometió a poner en práctica las indicaciones del Concilio Vaticano II permitiendo “afrontar con mayor conciencia las condiciones reales de las periferias urbanas, a las que habían llegado masas de inmigrantes de otras partes de Italia”, el Pontífice, haciendo el punto en el presente de estas periferias que “han visto la llegada, desde muchos países, de muchos migrantes que han huido de las guerras y la miseria”, señaló el desafío de la ciudad eterna, de “utilizar sus energías para acoger e integrar, para transformar las tensiones y los problemas en oportunidades de encuentro y crecimiento”. "¡Roma, ciudad de puentes, no de muros!". 

El papa ha señalado que la Santa Sede: “desea colaborar cada vez más y mejor por el bien de la ciudad, al servicio de todos, especialmente de los más pobres y desfavorecidos, para la cultura del encuentro y para una ecología integral”. Y manifestó sus “mejores deseos para que todos se sientan plenamente implicados en la consecución de este objetivo, para confirmar con la claridad de las ideas y la fuerza del testimonio cotidiano, las mejores tradiciones de Roma y su misión, y para que esto promueva un renacimiento moral y espiritual de la ciudad”.

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