¿Por qué ha querido dedicar el Papa una jornada mundial para los pobres?

El domingo 18 de Noviembre se celebra la II Jornada Mundial de los Pobres y el mensaje para este año es “Este Pobre gritó y el Señor lo escuchó”

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Al finalizar el Jubileo de la Misericordia del año 2016, el Papa quiso reservar una de las últimas ceremonias para las personas sin techo, pobres y marginadas a quienes, durante una Misa en la Basílica de San Pedro, pidió perdón en público por la indiferencia que soportan diariamente.

Se quedó tan conmovido por aquella jornada que tiempo después anunció una novedosa iniciativa: la iglesia dedicaría un día a los pobres. También puso fecha para la celebración: se celebrará cada año el domingo anterior a la fiesta de Cristo Rey.

Es una jornada con la que el Papa quiere que la Iglesia redescubra el espíritu de los primeros cristianos, en el que el compartir todo con todos se convirtió en un estilo de vida.

Durante las Misas que preside el Papa en estas jornadas suelen colaborar en la Liturgia personas pobres, refugiados e inmigrantes. Casi todos reciben asistencia en distintas entidades caritativas de la iglesia.

La primera jornada llevó por tí­tulo: "No amemos con palabras sino con obras"

Un mensaje en el que se recordaba la centralidad de la pobreza en la Iglesia y el Papa pedía hechos concretos que demuestren la opción preferente de cada cristiano por los pobres.

El texto subrayaba que “compartir es la prueba de autenticidad evangélica” y aconsejaba, además, la práctica del espíritu de pobreza, “una actitud del corazón que nos impide considerar el dinero, la carrera, el lujo como objetivo de vida y condición para la felicidad”.

En estas jornadas Francisco invita a ver personas detrás de cada uno de los más necesitados, pues «la pobreza tiene el rostro de mujeres, hombres y niños explotados por viles intereses, pisoteados por la lógica perversa del poder y el dinero», como resultado conjunto de «la injusticia social, la miseria moral, la codicia de unos pocos y la indiferencia generalizada».

El domingo 18 de Noviembre: II Jornada Mundial de los pobres

En su mensaje para la segunda Jornada Mundial de los Pobres el Papa pide que se celebre bajo el signo de la alegría de compartir, de redescubrir el valor de estar juntos, rezar juntos e incluso compartir la comida del domingo.

Francisco denuncia también en el texto las “voces destempladas” de fobia a los pobres, que arraigan cada vez más en la sociedad. Lamenta que sean “considerados no sólo como personas indigentes, sino también como gente portadora de inseguridad, de inestabilidad, de desorden para las rutinas cotidianas y, por lo tanto, merecedores de rechazo y apartamiento”.

El consejo del Papa pasa por recordar que prestar ayuda práctica es tarea de todos, pero en especial “de los diáconos, a quienes se les impuso las manos para el servicio de los pobres junto con las personas consagradas y con tantos laicos y laicas que, en las parroquias, en las asociaciones y en los movimientos”

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Almuerzo “en familia” con los descartados.

Como parte de la fiesta, el Santo Padre invitará a almorzar en el amplio hall del Aula de las Audiencias Pablo VI a unos 3.000 de estas personas sin hogar. Los que no quepan en esta celebración también están invitados a comer en instituciones de caridad, seminarios, universidades y asociaciones.

Francisco ha cuidado los detalles para que esta Jornada Mundial de los Pobres se convierta en una celebración en todas las parroquias del mundo en la que los descartados se conviertan en protagonistas.

Un Centro Sanitario para personas sin recursos dentro del Vaticano

Por deseo del Papa, tal como se ha realizado en citas similares , el Vaticano ha abierto un centro médico provisional en la plaza de San Pedro para los más desfavorecidos. A lo largo de la semana y hasta que concluya la Jornada Mundial de los Pobres, tendrán a su disposición un equipo médico de medicina general y especialistas para quienes se acerquen esta semana a las consultas.

Cada día, en horario de mañana y tarde y de forma ininterrumpida, dispondrán de 14 horas de asistencia sanitaria gratuita con médicos especialistas en cardiología, dermatología, reumatología, ginecología, oftalmología o podología. Además, hay también un laboratorio de análisis clínicos en horario de mañana.

Junto a la Cruz Roja, también colabora el personal de distintos centros sanitarios y universidades de Roma, así como voluntarios de distintas organizaciones católicas.

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