El Papa pide atender a todos los pobres sin distinción desde las acciones concretas y la oración

Francisco ha animado a combatir las "nuevas pobrezas" y potenciar el valor humanizador del mensaje cristiano contra este problema

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Las “nuevas pobrezas” también preocupan a la Iglesia. Ese es el mensaje que ha trasladado el Papa Francisco en la audiencia en la Sala Clementina de El Vaticano a los 400 socios del Círculo de San Pedro. Esta entidad que trabaja ayudando a combatir la pobreza recibió también el mensaje del Santo Padre de que todos los pobres “son dignos de nuestra atención, sin alguna distinción”. “Cada persona pobre es digna de nuestra preocupación, sin importar su religión, etnia o cualquier otra condición”, ha afirmado. 

Esta recepción de Francisco coincide con el 150° aniversario de fundación de esta asociación. El Círculo de San Pedro lleva desde 1869 sirviendo al Papa y a la Iglesia. A través de diferentes comisiones, también presta servicio a los más necesitados. El pontífice argentino ha destacado el origen de esta vocación de algunos jóvenes romanos, “animados por el deseo de dar testimonio de apoyo concreto y fidelidad incondicionada al Pontífice Pío IX, en un tiempo de incomprensión entre Iglesia y Estado”.

La longa manus del Papa hacia los más pobres

El Papa ha recordado cómo esa “fidelidad se manifestó a través de gestos de solidaridad que se llevaron a cabo en favor de los pobres de Roma”. Esta tarea se la ha reconocido como el brazo prolongado y extendido de la Iglesia y el Sucesor de Pedro hacia los pobres: “El Círculo se convirtió en el longa manus del Papa hacia los sectores más pobres de la población”.

Oración, acción y sacrificio para ayudar a los más pequeños

Francisco ha alabado a Dios “por el bien realizado” por el Círculo en estos 150 años. También, ha dado las gracias a todos los miembros de todos los tiempos por mantener vivas “las líneas programáticas” resumidas en “oración, acción y sacrificio”. Sobre esos principios, ha precisado que se trata de las “tres piedras angulares para el maravilloso florecimiento de las actividades en el campo de la caridad y la acogida de los más pequeños”. Francisco les ha animado a seguirlas “con renovado entusiasmo”, y se ha detenido en uno de estos puntales: la oración.

La fuerza de la oración y de la relación con Cristo

No olviden la fuerza y la importancia de la oración para ustedes y para todos los que se dedican a la caridad, de alimentarla con oportunos momentos de oración y con la escucha de la Palabra de Dios”, ha invitado Francisco. El motivo:  “El secreto de la eficacia de todos sus proyectos es la fidelidad a Cristo y una relación personal con él en la oración”.

Vida impregnada por la presencia de Jesús

El Papa continúa su discurso hablando de la necesidad de que la vida cotidiana esté “impregnada de la presencia de Jesús, bajo cuya mirada debemos poner también los sufrimientos de los enfermos, la soledad de los ancianos, los temores de los pobres, la fragilidad de los excluidos”. Y refiriéndose al servicio desarrollado por el Círculo de San Pedro,  lo define como una “expresión eficaz y un “testimonio vivo del amor que la Iglesia y, en particular, la Santa Sede reservan a los pobres y a los que sufren”.

Necesaria humanización en época de cambios

El Papa Francisco ha destacado la importancia de volver a proclamar "el mensaje cristiano y su poder de humanización" ante una "época de grandes cambios y de persistente precariedad económica". En ese sentido, el Obispo de Roma ha instado a los miembros del Círculo de San Pedro a “ser conscientes de que su trabajo aún tiene un papel importante que desempeñar”.

Por último, les ha agradecido el Óbolo de San Pedro que le entregan cada año. Esta recaudación de las donaciones de las diócesis de todo el mundo supone ayuda concreta para los países más pobres y una muestra del vínculo de toda la Iglesia con su Cabeza. 

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