El Papa en Macedonia: "Nos hemos acostumbrado a comer el pan duro de la desinformación"

El Papa Francisco ha celebrado la Santa Misa en la Plaza Macedonia de Skopje

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El Papa Francisco ha celebrado la Santa Misa este martes 7 de mayo en la Plaza Macedonia de la ciudad de Skpoje. Ha tenido lugar en el marco de su viaje apostólico a Bulgaria y Macedonia, y en su homilía ha reflexionado sobre el Evangelio de hoy, en el que Jesús afirma que "'El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás' (Jn 6,35)"

El santo Padre ha asegurado que Jesús "vino para darle vida al mundo y lo hace desafiando la estrechez de nuestros cálculos, la mediocridad de nuestras expectativas y la superficialidad de nuestros intelectualismos; cuestiona nuestras miradas y certezas invitándonos a pasar a un horizonte nuevo que abre espacio a una renovada forma de construir la realidad."

Tenemos hambre, Señor

"Nos hemos acostumbrado a comer el pan duro de la desinformación y hemos terminado presos del descrédito, las etiquetas y la descalificación;" ha afirmado Francisco, "hemos creído que el conformismo saciaría nuestra sed y hemos acabado bebiendo de la indiferencia y la insensibilidad; os hemos alimentado con sueños de esplendor y grandeza y hemos terminado comiendo distracción, encierro y soledad; nos hemos empachado de conexiones y hemos perdido el sabor de la fraternidad."

Viendo la nueva realidad del mundo en el que vivimos, el Papa ha hecho una invitación a los fieles: "Digámoslo con fuerza y sin miedo: tenemos hambre, Señor. Tenemos hambre, Señor, de fraternidad para que la indiferencia, el descrédito, la descalificación no llenen nuestras mesas y no tomen el primer puesto en nuestro hogar."

"Tenemos hambre, Señor, de encuentros donde tu Palabra sea capaz de elevar la esperanza, despertar la ternura, sensibilizar el corazón abriendo caminos de transformación y conversión. Tenemos hambre, Señor, de experimentar como aquella muchedumbre la multiplicación de tu misericordia, capaz de romper estereotipos y partir y compartir la compasión del Padre hacia toda persona, especialmente hacia aquellos de los que nadie se ocupa, que están olvidados o despreciados."

El Papa ha dado además la clave para acudir a Él y 'saciar' nuestro hambre: la comuión: "“Venid”, nos dice el Señor: un venir que no significa solamente trasladarse de un lugar a otro sino la capacidad de dejarnos mover, transformar por su Palabra en nuestras opciones, sentimientos, prioridades para aventurarnos a cumplir sus mismos gestos y hablar con su mismo lenguaje, «el lenguaje del pan que dice ternura, compañerismo, entrega generosa a los demás», amor concreto y palpable porque es cotidiano y real." 

El «amor a Dios y amor al prójimo se funden entre sí

El Papa Francisco, durante esta Eucaristía en su viaje apostólico a Macedonia, no se ha olvidado de la santa que nació en esa misma ciudad: "Qué bien lo entendía esto Madre Teresa, que quiso fundamentar su vida sobre dos pilares: Jesús encarnado en la Eucaristía y Jesús encarnado en los pobres. Amor que recibimos, amor que damos." 

"Sabía que el «amor a Dios y amor al prójimo se funden entre sí: en el más humilde encontramos a Jesús mismo y en Jesús encontramos a Dios», y ese amor fue el único capaz de saciar su hambre."

El Santo Padre ha terminado su homilía con esta última reflexión: "Hoy el Señor Resucitado sigue caminando entre nosotros, allí donde acontece y se juega la vida cotidiana. Conoce nuestras hambres y nos vuelve a decir: «El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás» (Jn 6,35). Animémonos unos a otros a ponernos de pie y a experimentar la abundancia de su amor, dejemos que sacie nuestra hambre y sed en el sacramento del altar y en el sacramento del hermano."

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