El Papa habla sobre cómo debe establecerse el Reino de Dios en el mundo

El Papa Francisco destaca que el reino de Dios no se establece en el mundo “por la violencia”, sino que “crece y se propaga con paciencia y mansedumbre”

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Durante el ciclo de catequesis centradas en el Padrenuestro, en la Audiencia de este 6 de marzo,  el Papa Francisco ha centrado su reflexión en la segunda invocación con la que nos dirigimos a Dios cuando rezamos: "Venga a nosotros tu Reino". Destacando que el reino de Dios no se establece en el mundo “por la violencia”, sino que “crece y se propaga con paciencia y mansedumbre”.

El Papa ha recordado que Jesús comenzó su predicación en Galilea proclamando: "El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; conviértanse y crean en el Evangelio"; y explicó que con estas palabras Jesús, “no quiere empujar a la gente a convertirse sembrando el miedo del juicio inminente de Dios o el sentimiento de culpa por el mal cometido”, sino al contrario, “trae la Buena Noticia de la salvación”. 

Además, el Santo Padre ha resaltado la necesidad que tenemos de Dios, reflexionando sobre los hechos que prueban que la victoria de Cristo aún no se ha realizado plenamente, en un mundo que está “marcado por el pecado”. Un mundo, “de guerras y de tantas formas de explotación”, como por ejemplo “la trata de niños”. Por ello, remarcó la importancia de esta segunda invocación, porque “muchos hombres y mujeres viven todavía con el corazón cerrado”.

El reino de Dios se propaga con mansedumbre

Jesús expresó “que el Reino de Dios es similar a un campo donde el buen trigo y la cizaña crecen juntos”. Y en este sentido, el “peor error sería”, según Francisco, “querer intervenir inmediatamente erradicando del mundo lo que nos parece ser la cizaña”. Ya que “no es por la violencia que el Reino se establece en el mundo”, sino que “su estilo de propagación es la mansedumbre”.

Por todo ello, concluyendo la catequesis el Papa Francisco exhortó a sembrar estas palabras "Venga a nosotros tu Reino" en medio “de nuestros pecados y fracasos”, a regalárselas a las personas “que han sido derrotadas y doblegadas por la vida, a las que han probado más el odio que el amor, a las que han vivido días inútiles sin entender nunca por qué”.

Al finalizar la Audiencia General, el Papa se ha dirigido a los participantes -de lengua española- del “Encuentro Mundial de Transportistas y Empresarios, sobre Cambio climático, Tráfico humano, Tecnología y Transporte”, organizado por la Academia Pontificia de las Ciencias sociales, y auguró “que el estudio de Laudato si’ los ayude a dar pasos significativos de justicia y solidaridad”.

Además, el Santo Padre ha expresado su deseo de un feliz comienzo del tiempo de Cuaresma, que es “tiempo de conversión y de misericordia”: que la oración, - concluyó -  la limosna y el ayuno nos ayuden a renovar nuestra vida cristiana, participando en la Pascua del Señor.

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