El Papa en Emiratos Árabes: "En el nombre de Dios hay que condenar sin vacilación toda forma de violencia"

El Papa Francisco hace historia con un alegato de paz y de unidad en el encuentro interreligioso de Emiratos Árabes

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El Papa Francisco ha participado en el Encuentro interreligioso en el Founder’s Memorial de Abu Dabi. De hecho, es el motivo de su visita a Emiratos Árabes, invitado por el príncipe heredero y jeque Mohammed bin Zayed bin Sultán Al Nahyan. Su discurso -que ha sido el primero de un Pontífice en esta nación- ha sido todo un alegato por la paz y la unidad. 

En resumen, Francisco ha querido reflejar la importancia de lo que pueden aportar las religiones para que exista mayor fraternidad y menos odio en el mundo. En un encuentro en el que participan líderes de todas las religiones ha dejado clara la visión de la Iglesia Católica: "Querer la paz, promover la paz, ser instrumentos de paz: estamos aquí para esto."

En un país musulmán, que promueve la libertad de culto en su Constitución, pero que en la práctica para los no islámicos es más complicada, Francisco ha asegurado: "Él, que es el Creador de todo y de todos, quiere que vivamos como hermanos y hermanas, (....) Nos dice que todos tenemos la misma dignidad y que nadie puede ser amo o esclavo de los demás."

"Todo credo está llamado a superar la brecha entre amigos y enemigos"

"Todos son igualmente valiosos a los ojos de Dios. Porque él no mira a la familia humana con una mirada de preferencia que excluye, sino con una mirada benevolente que incluye." El Santo Padre ha hablado de la importancia de la familia humana -que somos todos hijos de Dios-, del diálogo entre todos y la oración, y de la necesidad de educar a los niños correctamente y de la justicia verdadera.

Y por supuesto, ha condenado rotundamente la violencia: "En el nombre de Dios Creador, hay que condenar sin vacilación toda forma de violencia, porque usar el nombre de Dios para justificar el odio y la violencia contra el hermano es una grave profanación. No hay violencia que encuentre justificación en la religión."

"La verdadera religiosidad consiste en amar a Dios con todo nuestro corazón y al prójimo como a nosotros mismos. Por lo tanto, la conducta religiosa debe ser purificada continuamente de la tentación recurrente de juzgar a los demás como enemigos y adversarios. Todo credo está llamado a superar la brecha entre amigos y enemigos."

"No se puede proclamar la fraternidad y después actuar en la dirección opuesta"

También ha querido profundizar en la libertad religiosa, cuestionada en ocasiones en el país en el que habla: "Porque sin libertad ya no somos hijos de la familia humana, sino esclavos. De entre las libertades me gustaría destacar la religiosa. Esta no se limita solo a la libertad de culto, sino que ve en el otro a un verdadero hermano, un hijo de mi propia humanidad que Dios deja libre y que, por tanto, ninguna institución humana puede forzar, ni siquiera en su nombre.

"No se puede proclamar la fraternidad y después actuar en la dirección opuesta," ha afirmado en su discurso el Papa, después de haberse encontrado con los dirigentes de Emiratos Árabes en la mañana del lunes 4 de febrero.

"¡Somos hermanos! Sin el Señor, nada es posible; con él, ¡todo se vuelve posible!" Un mensaje que suena todavía más fuerte cuando recaba en la idea una justicia real para todos: "Una justicia dirigida solo a miembros de la propia familia, compatriotas, creyentes de la misma fe es una justicia que cojea, es una injusticia disfrazada."

El Papa Francisco termina su discurso en el encuentro interreligioso con un mensaje que resume todo lo anterior: "Una sociedad donde personas de diferentes religiones tengan el mismo derecho de ciudadanía y donde solo se le quite ese derecho a la violencia, en todas sus formas."

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