Los tres puntos esenciales del viaje del Papa a Rumanía

El Papa Francisco va a Rumanía en el que es su trigésimo viaje apostólico: estos son los tres puntos esenciales de su visita

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El Papa Francisco viaja a Rumanía, siguiendo las huellas de Juan Pablo II que estuvo allí hace 20 años, un viaje que hizo historia porque por primera vez un papa visitaba un país de mayoría ortodoxa.

Domingo 2: La Beatificación de 7 obispos mártires en Blaj

Tras la II Guerra Mundial, la historia de Rumanía está marcada por la persecución religiosa del régimen comunista. Por eso, uno de los momentos más destacados del 30º viaje internacional de Francisco será la ceremonia de beatificación de siete mártires que pertenecían a la iglesia greco-católica, la más numerosa a principios del siglo XX, y la que tenía mayor tradición en el país. Fue suprimida por orden del Estado comunista y todos sus bienes, incluidas las Iglesias se entregaron a la Iglesia ortodoxa.

Se inició una durísima persecución y todos los sacerdotes que no aceptaron convertirse a la iglesia ortodoxa fueron detenidos y torturados, entre ellos los siete Obispos greco-católicos que serán beatificados. La mayor parte murió en la cárcel, dando testimonio de su fe porque querían estar unidos con el Papa. 

Sábado 1: Santa Misa en el Santuario Sumuleu-Ciuc, en el corazón de Transilvania.

Relevante será la misa en el santuario de Sumuleu-Ciuc, a la que se espera que acudan más de 110.000 personas, entre ellas muchos húngaros que viven en Rumanía o que se acercarán para la ocasión. Desde este lugar es muy probable que el Papa lance un llamamiento a “caminar juntos”, como refleja el lema de este viaje, superando las divisiones históricas.

Los orígenes de ese santuario se remontan a finales del siglo XVII y se ha convertido en el centro neurálgico del culto mariano de los católicos de la zona. Cada Pentecostés, acuden en peregrinación decenas de miles de peregrinos de toda Rumanía y de Hungría, no solo católicos, sino también ortodoxos e incluso protestantes, todo un símbolo de convivencia en esta región en la que existe tanta diversidad étnica.

El lugar se convirtió en emblemático después de que los habitantes se negaran a renunciar a su fe católica y resistieran al protestantismo. Al salir ganadores de una batalla en el día de Pentecostés de 1567, los católicos vieron que se trataba de un signo de la atención de la Virgen María hacia ellos. Desde entonces se reúnen en este lugar cada año en Pentecostés.

Probablemente la Misa en el Santuario de Sumuleu-Ciuc será el acto al que acuda más gente de toda la historia de Rumania. Hay una gran expectación, no sólo entre católicos, sino en la población en general que es mayoritariamente ortodoxa.

Viernes 31: El encuentro con los máximos responsables de la Iglesia Ortodoxa rumana.

A las pocas horas de aterrizar en Bucarest, Francisco se reunirá con la cabeza visible de la iglesia ortodoxa de Rumanía, el Patriarca Daniel, y con el Sínodo permanente. Se llama así al grupo de religiosos y autoridades que le ayudan en el gobierno.

Rumania es tierra de encuentro entre católicos y ortodoxos, existen muchas familias mixtas, una parte que es católica o greco-católica y otra parte que es ortodoxa. Pero la historia ha dejado heridas que cuesta cicatrizar y, por este motivo, a nivel de jerarquía, las relaciones son menos estrechas.

El viaje es delicado pues aún no se han superado las tensiones y recelos entre la Iglesia ortodoxa y la greco católica, que fue suprimida por los soviéticos en 1950. De ahí que sea importante que el Patriarca Daniel, -quien no olvidemos, intenta desempeñar un papel importante en la crisis entre patriarcados de Constantinopla y Moscú respecto a Ucrania-, se reúna con el papa. Hay que subrayar que en este viaje Francisco también se va a encontrar con católicos de distintas, tradiciones: católicos latinos de lengua rumana; católicos latinos de lengua húngara y también católicos de la Iglesia greco católica.

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