El cardenal Salazar ve "injustificable" no denunciar abusos en la Iglesia

El cardenal colombiano Rubén Salazar ha tomado la palabra durante la tarde del primer día de la cumbre para la protección del menor en la Iglesia

Agencias

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El cardenal colombiano Rubén Salazar aseguró hoy que es "injustificable" no denunciar u ocultar los casos de abusos sexuales en la Iglesia. Durante la reunión sobre la protección del menor que se celebra en el Vaticano ha afirmado que "el enemigo está dentro",

"No hay ninguna justificación posible para no denunciar, para no desenmascarar, para no enfrentar con valor y contundencia cualquier abuso que se presente en el seno de nuestra Iglesia", declaró ante los presidentes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo reunidos hasta el domingo 24 de febrero en el Vaticano.

El arzobispo de Bogotá, uno de los relatores de esta primera jornada, sentado junto al Papa Francisco, habló de la responsabilidad de los obispos ante esta lacra y denunció que los agresores están "dentro".

"Tenemos que reconocer esta crisis a profundidad, reconocer que el daño no lo hacen los de fuera, sino que los primeros enemigos están dentro de nosotros, entre obispos, sacerdotes y consagrados, que no han estado a la altura de nuestra vocación", subrayó. 

Salazar dijo que "muchas veces" la Iglesia "no supo y todavía no sabe comportarse" ante estas situaciones, negando la dimensión de las denuncias, no escuchando a las víctimas, ignorando su daño, "comprando" silencios o trasladando a los agresores a otros sitios. 

Y criticó una de las razones de esta crisis, el "clericalismo", es decir, el abuso de poder de una autoridad eclesiástica, algo que se traduce también en "la mentalidad" de que la Iglesia "no tiene que estar sometida al poder de una autoridad civil".

Ante el surgimiento de un posible caso de abuso sexual, monseñor Salazar recordó que un obispo "no está solo" y abogó por "un verdadero discernimiento comunitario" y por la implementación de un "deseable" código de conducta que diga "claramente" cómo proceder.

Ante los "sacerdotes abusadores", instó a los obispos a "enfrentar enseguida los procedimientos que están indicados tanto en el derecho canónico como en el derecho civil de cada nación".

"Hoy tenemos claro que cualquier negligencia por nuestra parte nos puede acarrear penas canónicas, incluso la remoción del ministerio, y penas civiles que pueden llegar hasta ser condenados a prisión por encubrimiento o complicidad", advirtió ante los asistentes.

En cuanto al proceso canónico, Salazar defendió que el acusado debe ser escuchado y apostó también por su reinserción, para la que "la cercanía bondadosa de su obispo" puede suponer "un primer paso hacia la recuperación del culpable".

"No basta enjuiciar y condenar al denunciado, cuando se compruebe la falta, sino que es necesario mirar también hacia su tratamiento para que no reincida", sostuvo.

El cardenal indicó que "uno de los pecados originales cometidos al inicio de la crisis" fue no escuchar a los denunciantes y dijo que atender sus denuncias "empieza por no minimizar el daño causado y el dolor producido".

También opinó que las compensaciones económicas "muchas veces" son necesarias para que las víctimas traten sus traumas: "Está claro que estamos obligados a ofrecerles todos los medios necesarios, espirituales, sicológicos, psiquiátricos, sociales", zanjó.

Salazar concluyó su alocución confiando que esta cumbre "lleve a una profunda renovación de toda la Iglesia" y contribuya a "erradicar la cultura del abuso en el mundo en que vivimos". 

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