El cardenal Ouellet dice que la acusación de Viganò contra el Papa es un "montaje político"

Tras una investigación, el pasado julio, el Vaticano anunció que el Papa había expulsado del Colegio Cardenalicio a McCarrick

Agencias

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El cardenal Marc Ouellet tildó este domingo de "montaje político carente de un real fundamento" las acusaciones que sostienen que el Papa conocía desde 2013 las denuncias por abuso sexual contra el exarzobispo de Washington Theodore McCarrick.

Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, respondió con una carta abierta al exnuncio en Estados Unidos, el arzobispo Carlo Maria Viganò, de 77 años, quien acusó públicamente al Papa de conocer las denuncias contra McCarrick y llegó a pedir su renuncia.

Tras una investigación, el pasado julio el Vaticano anunció que el Papa había expulsado del Colegio Cardenalicio a McCarrick, de 88 años, le había apartado de sus funciones y dispuesto su reclusión hasta el juicio canónico sobre sus presuntos abusos sexuales de sacerdotes y seminaristas.

"En respuesta a tu ataque injusto e injustificado sobre los hechos, querido Viganò, concluyo que la acusación es un montaje político carente de un real fundamento que pueda incriminar al Papa", apunta el cardenal y prefecto en su misiva.

En su carta de agosto el exnuncio (diplomático de la Santa Sede) aseguraba que llegó a enviar varios informes sobre la conducta del entonces arzobispo de Washington pero fueron ignorados por los respectivos secretarios de Estado de Juan Pablo II y Benedicto XVI, los cardenales Angelo Sodano y Tarcisio Bertone.

Ouellet afirma que el cardenal McCarrick había sido "fuertemente exhortado a no viajar y a no aparecer en público para no provocar rumores" ya en tiempos de Benedicto XVI, pero apunta que no pueden considerarse "sanciones".

De este modo desmiente las palabras de Viganò, que acusaba a Francisco de haber levantado unas supuestas sanciones impuestas por Benedicto XVI.

En este sentido asegura que tras revisar sus archivos "no hay documentos firmados por los papas que estipulen la obligación de McCarrick al silencio y a la vida privada, bajo penas canónicas".

El motivo, sostiene el prefecto, es que "por entonces no se disponía, a diferencia de hoy, de pruebas suficientes de su presunta culpabilidad".

Su caso, dice, habría provocado nuevas medidas disciplinarias si la Nunciatura de Washington u otra fuente "hubiera proporcionado informaciones recientes y decisivas" sobre su comportamiento.

El Papa -se supo este sábado- ha dispuesto que, además de la investigación en Estados Unidos, se indaguen los archivos de la Santa Sede sobre este polémico caso y Ouellet expresó su deseo de que así "se tenga finalmente una visión crítica y en conjunto de los procedimientos y circunstancias de este caso doloroso".

El prefecto y colaborador de Jorge Bergoglio reconoce la "incoherencia" de que McCarrick haya alcanzado los cargos más elevados en la Iglesia católica a lo largo de su larga vida, ante lo que se dice "asombrado", y asumió "defectos en el procedimiento de selección".

Pero advierte de que "se debe comprender que las decisiones del Sumo Pontífice -a la hora de nombrar cargos- se basan en las informaciones de las que se disponen en un preciso momento y constituyen el factor de un juicio prudencial que no es infalible".

"Te digo francamente que acusar al Papa de haber encubierto conscientemente a este presunto depredador sexual, y por lo tanto de ser cómplice de la corrupción en la Iglesia, al punto de considerarlo indigno de seguir con su reforma como primer pastor de la Iglesia, me resulta increíble e inverosímil", afirma Ouellet.

Y continúa expresando su sorpresa ante su denuncia: "no llego a comprender cómo has podido dejarte convencer de esta acusación monstruosa que no se sostiene. Francisco no tuvo nada que ver con su promoción en Nueva York, Metuchen, Newark y Washington".

Ouellet concluye su misiva lamentando "la rebelión abierta y escandalosa" de Viganò y le pide que salga de "la clandestinidad", se arrepienta de su revuelta y regrese con "los mejores sentimientos" ante el Papa, en vez de "aumentar la hostilidad contra él". 

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