Así se restaura un crucifijo de más de dos metros de altura de El Vaticano

El Cristo reclinado del siglo XIV ha tardado casi 500 días en restaurarse y ha necesitado una sala de operaciones especial para intervenirlo

Eugenio Murrali

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Con 2,15 metros de altura y 1,96 metros de un brazo al otro, el Cristo de madera reclinado del siglo XIV ha visto y oído mucho. Millones de miradas, de oraciones, de confidencias contadas bajo Su Cabeza. Esta talla de madera de autor anónimo ha necesitado ahora una restauración después de 700 años en pie en El Vaticano.

La dificultad de esta operación ha dado lugar a la publicación de un libro sobre cómo se ha llevado a cabo. El Crucifijo lignario de la Basílica Vaticana se ha presentado en los Museos Vaticanos. Es una obra de la Fundación Caballeros de Colón  y la Fábrica di San Pedro.

Casi 500 días de restauración

El libro, dividido en 12 capítulos, cuenta con importantes aportaciones, que analizan en profundidad las fases de la restauración y con una rica información iconográfica. También, describe en detalle las intervenciones posteriores a la obra, los cambios que ha sufrido la talla a lo largo de los siglos. El autor permanece en el anonimato, pero, observó Zander citando a San Agustín: "Buscamos con el deseo de encontrar, y encontramos con el deseo de buscar de nuevo”.

La dificultad de la restauración hizo necesaria la creación de una "sala operatoria”. Se tardaron 493 días en completar unos trabajos que comenzaron el 11 de julio de 2015 para concluir el 29 de septiembre de 2016

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Un Cristo en 15 localizaciones diferentes

Los restauradores han explicado, en sus fascinantes intervenciones, algunos de los principales objetivos de las operaciones en el Crucifijo, que con el paso del tiempo había sido dañado por termitas, intervenciones arbitrarias, hasta  por nueve capas de pintura en la tez y 15 en el taparrabos. 

Entre los trabajos de restauración, destaca la cruz de madera de nogal (402 x 243 x 5), en la Basílica de San Pedro. También se puede apreciar la policromía redescubierta y las hermosas anatomías. En el volumen también se puede aprender mucho sobre las 15 localizaciones diferentes del Crucifijo en el tiempo, entre la antigua y la nueva Basílica, sobre las restauraciones del pasado, como la de Matías Gómez de 1749-50.

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