Así viven los jóvenes la JMJ de Panamá: dónde duermen, qué comen y cómo se desplazan

Nuestro compañero, Javier González te cuenta dónde duermen o qué comen los jóvenes de la JMJ

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Las palabras del Papa Francisco siempre son noticia. Prácticamente todos los días del año. Pero lo que más caracteriza a las JMJ son los cientos de miles de jóvenes de todo el mundo que se unen en un solo lugar por su fe. Y por ello es importante la forma en la que lo hacen. No solo de forma espiritual sino también logística. ¿Cómo se sostiene una ciudad ante este volumen de gente?

Lo primero que sorprende es ver cómo en un lugar con tanta gente no hay ni un solo problema. Mucha alegría, diversión, compartir, cantar, bailar, rezar... pero ninguna pelea, ningún altercado, nada negativo reseñable más allá de algún mareo por el calor.

También, vale la pena mencionar el precioso contraste entre la paz, el silencio y el respeto de los lugares santos, con los bailes y cantos tan alegres de la calle y tan propios de los latinos. Ni el calor, ni las dificultades para acceder a los recintos, ni el cansancio han logrado bajar el ánimo de ninguno de los peregrinos. Todos se saludan, se sonríen, se intercambian banderas y pulseras...

¿Dónde duermen?

Para que todos los jóvenes puedan descansar, se habilitan distintos formatos de estancia. Lo más común es que los diferentes grupos duerman en un colegio, un instituto o un centro deportivo. Al raso, con esterilla y saco de dormir. Y algún afortunado consiue un colchón.

También, hay diferentes familias que a través de las parroquias se han ofrecido para acoger en su casa a las personas que lo necesiten. Abren sus puertas, habilitan un sofá, una cama, un colchó o lo que buenamente puedan para atender a los jóvenes. Y he de decir, que en Panamá con mucho mimo, entusiasmo y cariño.

Y por supuesto hay casos en los que las personas que acuden a la JMJ utilizan cauces 'hospederos'' más habituales como un hostal o un hotel.

¿Qué comen?

La propia organización del evento facilita unos 'tickets' de comida con el 'kit del pererino'para que todos los jóvenes puedan comer durante todos los días de la semana. Se realiza un convenio con algunos restaurantes -en su mayoría de comida rápida-, para que se pueda desayunar, comer y cenar en algunos locales.

Con excepción del sábado y el domingo, días clave de la jornada. Para la caminata hacia la vigilia, la noche en el lugar del evento, y la mañana de la misa de clausura, se entrega un pack con las comidas que corresponden a esas horas. Y hay que apuntar, que en la pasada JMJ de Cracovia no hubo bolsas de comida para todos, aunque Jesús luego multiplicara, en este caso, esas bolsas.

Siempre se puede,  por supuesto, comer de forma corriente en un restaurante pagando con la moneda local. O, si hay suerte, en la familia que te acoge.

¿Cómo se desplazan?

Esta es otra de las características fundamentales de la JMJ junto a la cantidad de personas que acuden al evento. Se andan muchos y muchos kilómetro al día que se convierten en muchos pasos para la suela de los zapatos de los peregrinos durante la semana. El sistema de transporte público colapsa habitualmente y la mayoría se desplaza caminando durante buenos ratos del día.

Y pese a todas estas posibles incomodidades, es increíble ver la alegría tan sincera en la cara de cada una de las personas que uno se cruza por la calle. Todo el mundo está contento, ilusionado, con mucha esperanza y se ayudan mutuamente. Sin duda un evento a la altura de otros muy importantes que suceden por el mundo a lo largo del año -en cantidad de personas, logística...-, pero con esa característica tan especial que le diferencia de los otros. Deberías descubrirla tú mismo.

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