La misionera que luchó contra la trata en la favela más peligrosa de Brasil

La misionera comboniana Gabriella Bottani estuvo diez años en una favela de Fortaleza al norte de Brasil

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La misionera comboniana Gabriella Bottani estuvo durante diez años "con las manos en la masa" en una de las favelas más peligrosas de Fortaleza, al norte de Brasil. Allí comenzó su labor intentando curar las heridas producidas por la explotación sexual en la infancia, y allí entendió también que una parte esencial de la lucha contra la trata consiste en cambiar las conciencias.

Gabriella está convencida de que los misioneros tienen que trabajar en contacto con las periferias humanas, allí es donde están llamados a reconocer a Cristo. Hace cinco años dejó ese campo de batalla para dedicarse a la coordinación internacional de Thalita Kum, una red de congregaciones religiosas femeninas que lucha en primera línea contra la lacra de la trata de personas.

Más de 2.000 religiosas forman parte de esta red que está presente en más de 90 países. Su último logro ha sido la constitución de la primera red interreligiosa en Medio Oriente, en la que además de monjas hay mujeres de otras religiones. Recientemente Talitha Kum ha celebrado su décimo aniversario y su labor le llevó a recibir el premio Tip Report Hero, “Héroes contra la trata de personas”.

Desde su puesto, Bottani sirve ahora a los que trabajan directamente con las víctimas, como ella hacía en Fortaleza, y recuerda que fueron aquellos niños a los que servía los que la han educado y enseñado el camino. “Las personas a las que ayudamos no nos pertenecen”, advierte, mientras reconoce que en esta lucha “la única certeza es que Dios está con nosotros”.

Su experiencia de años le lleva a afirmar que la clave para luchar contra el monstruo de las mafias es desmantelar las desigualdades en las estructuras de poder entre hombres y mujeres, porque existe una tradición atávica que considera a las mujeres como un cuerpo listo para usarse. Por eso es preciso tutelar a la mujer más allá de actitudes patriarcales como una figura plena de dignidad e igualdad.

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