De 125 iglesias a sólo cuatro y un sólo obispo: así es el cristianismo en Túnez

El único prelado del país, Mons. Antoniazzi, explica cómo los cristianos de Túnez son extranjeros que se van cada cuatro años, por otros que vienen 

María Lozano, ACN | Redacción religión

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 Los entre 15.000 y 20.000 cristianos en Túnez viven centrados en lo espiritual. La historia de la Iglesia en este país del norte de África ha estado marcada por grandes hitos como la Primavera árabe o el colonialismo francés. El único obispo del paísMons. Ilario Antoniazzi  explica en una entrevista a Ayuda a la Iglesia Necesitada cómo el cristianismo perdura gracias al acuerdo entre la Santa Sede y Túnez de 1964. Entre sus efectos, que de 125 iglesias se haya pasado a sólo cuatro.

A pesar de la Primavera árabe, los cristianos tienen libertad de movimientos y se respeta su culto en el templo, aunque fuera no haya manifestación alguna. "En relación a la situación de la Iglesia, la verdad es que no nos podemos quejar.  Podemos hacer lo que queremos dentro de la Iglesia e ir a cualquier parte sin pedir permiso. Somos libres y eso es bueno", afirma.

La presencia francesa en Túnez repercutió de forma negativa para la Iglesia. El motivo, lo explica el prelado: "Se consideraba a la Iglesia como el 'brazo largo' de Francia, de los colonizadores". Una de las consecuencias de esa mentalidad es que se confiscaron la mayor parte de los bienes de la Iglesia. Esa circunstancia explica por qué en Túnez sólo quedan cuatro templos cristianos

El lado positivo: una Iglesia centrada en lo espiritual

La vida de los cristianos en Túnez se enmarca dentro del pacto firmado entre Túnez y El Vaticano: libertad de movimiento y culto en medio de poco soporte material y dificultad para hacer estadísticas del número de fieles. Ante ese contexto, el obispo busca el lado positivo.

"Esto ha hecho que la Iglesia sea frágil, pero al mismo tiempo nos ha servido para algo… ha aumentado nuestra fe. Al no poder contar con el apoyo de los hombres y al no tener nada, estamos obligados a pensar en Dios y a pedirle a Él todo lo que necesitamos y que nos dé la fuerza para trabajar en la situación en la que nos encontramos actualmente en Túnez. Nuestro modus vivendi  tiene aspectos negativos para la Iglesia, pero al mismo tiempo le ha forzado a enfocarse en lo esencial, lo espiritual", cuenta.

Una Iglesia que se renueva cada año: "No hay estabilidad"

Ante el 99% de la población musulmana, la misión de la Iglesia en Túnez es la de ser misioneros. Esta definición es la que, según Mons. Antoniazzi, más se adecua a la realidad de la fe del país. "El misionero es alguien que da testimonio de la presencia de Cristo donde no está, donde no es conocido. En Túnez, Cristo no es conocido, todos los cristianos son extranjeros: estudiantes, la mayoría de la África subsahariana, o empresarios que han venido a trabajar a Túnez".

Los estudiantes extranjeros nutren el número de cristianos en Túnez, pero a la vez hace más difícil una labor continuada y un conteo de cuántos son, debido al relevo anual. "Calculamos que cada año perdemos un cuarto de nuestros fieles, pero llega otro cuarto", estima. "Eso quiere decir que cada cuatro años cambiamos completamente el número de fieles que están con nosotros. Por esto no es fácil hacer un proyecto a largo plazo en la Iglesia, no hay estabilidad y es otro desafío para nosotros".

El único obispo de Túnez alerta a los cristianos de Europa: "¿Dónde está la juventud?"

Resultan llamativos los números que da el obispo por la tradición cristiana en Túnez. Él mismo recuerda que "en Túnez se decía la misa en latín antes que en Roma". Túnez fue uno de los primeros territorios a los que llegó el cristianismo y posee tradición de santos importantes, como San Agustín, San Cipriano y los mártires. 

De los 120 obispos con los que llegó a contar Túnez, sólo queda uno: él.  La razón que motiva esa unicidad es la mayor presencia del Islam. "Soy el único obispo en Túnez porque, poco a poco, Túnez ha abandonado la fe y hoy la gente es completamente musulmana", asegura.

Sin embargo, su preocupación va más allá del país donde está. De hecho, mira a Europa y valora que nuestro continente también "está en peligro". Pone al cristianismo en el espejo del Islam en cuanto a práctica religiosa y reflexiona sobre el envejecimiento de los fieles. 

"Pero no porque los musulmanes sean intrusos, sino porque no apreciamos la fe que tenemos. Miremos cómo lo hacen los musulmanes, el día de oración, todo el mundo va a la mezquita. En nuestro país, las iglesias están vacías. Los musulmanes tienen hijos, en cambio los cristianos siempre somos menos. Poco a poco nos estamos suicidando por la falta de fieles, por la falta de hijos. Basta con ver nuestras iglesias en Europa, la gran mayoría de los que rezan tienen 60 años o más. ¿Dónde está la juventud?"

Sacerdotes y más experimentados

Otro factor que influye y mucho a los cristianos tunecinos es la falta de sacerdotes. Ellos son, además de él,"dos o tres sacerdotes de 90 años". El más experimentado después de ellos tiene 45 años. En su caso, Mons. Antoniazzi reclama pastores más experimentados en todos los niveles, más que sacerdotes jóvenes.

"Nos faltan sacerdotes más mayores, que tengan un conocimiento histórico de Túnez, de la sociedad, de la Iglesia y de todo. Esto es algo que nos falta. También para su labor de guía a las hermanas, a los otros sacerdotes… es necesario que algún sacerdote tenga una experiencia religiosa, pastoral y de todo", argumenta.

Si los cristianos se "renuevan" cada año por los estudiantes y empresarios extranjeros, las vocaciones son todas también de fuera y, normalmente, de misión temporal. Por ello, reconoce del mismo modo que "falta una presencia fija de sacerdotes".

Cáritas es Iglesia: llegar a donde un sacerdote o una religiosa no pueden

La labor de Cáritas en Túnez es muy relevante, porque, como admite el prelado, "Cáritas no es un ‘movimiento’ de la Iglesia, algo que pertenece a la Iglesia". Define a la entidad como "Iglesia" directamente. Se remite a la ayuda que prestan en Túnez para que "todo lo que hacemos puede alcanzar a las familias, a la sociedad, allí donde un sacerdote ni una religiosa pueden llegar". 

Por esa razón, considera que Cáritas "da el testimonio de Cristo". "De un Cristo que ama, que ayuda a la gente a través de todas estas personas que trabajan en Cáritas", subraya. Además, destaca de su servicio que siempre lo hacen sin mirar la religión del que lo solicita: "Tenemos cristianos, la mayoría africanos que vienen, pero también muchos tunecinos". 

El obispo agradece a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada su labor en medio de una Iglesia "frágil" y con carencia material. No obstante, concentra la ayuda que reciben en su misión dada la coyuntura: ser ellos mismos el Evangelio que vean los tunecinos, ya que "nunca tendrán un Evangelio en sus hogares". 

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