Olga, Pilar y Octavia, la historia de las enfermeras de Somiedo mártires durante la Guerra Civil

El Papa Francisco ha anunciado que beatificará a las tres enfermeras mártires que fueron asesinadas durante la Guerra Civil en Somiedo, Asturias

Redacción religión

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Olga, Pilar y Octavia son las tres enfermeras mártires de la persecución religiosa de los años 30 que van a ser beatificadas. El Papa Francisco ha aprobado el decreto de su martirio para que estas mujeres españolas lleguen a los altares como beatas de la Iglesia católica. Todas ellas murieron asesinadas durante la Guerra Civil en Asturias después de haber sido hechas prisioneras por las milicias

Las tres futuras beatas de Astorga se encontraban de servicio en un hospital durante el conflicto. Pilar Gullón de 23 años -residente en Madrid, pero sorprendida por el inicio de la guerra en su ciudad natal-, Octavia Iglesias Blanco, de 41 y  Olga P. Monteserín Núñez, de 19 se trasladaron a Somiedo, la zona montañosa que hace frontera entre León y Asturias. 

El hospital en el que atendían a alrededor de 14 heridos era también objetivo de conquista del bando republicano. Así, las milicias se lanzaron al asalto del centro, como uno de los puestos avanzados que querían arrebatar al bando del General Franco. Ante la llegada de las tropas enemigas, tanto el médico que dirigía el hospital como las tres enfermeras decidieron permanecer al lado de sus pacientes en lugar de huir

Olga, Pilar y Octavia fueron apresadas y sometidas a vejaciones hasta morir fusiladas finalmente. Durante su martirio, se negaron en todo momento a renegar de su fe. Muchos de los militares que las custodiaban antes del ataque republicano y los pacientes por los que habían querido quedarse, también murieron a manos de los milicianos

El militar que comandó la ofensiva al hospital fue juzgado y ejecutado a garrote vil en 1937. A principios del año siguiente, se consiguieron recuperar los cuerpos de las tres mujeres y trasladarlos a su Astorga natal. Recibieron sepultura en la Catedral de Astorga, donde reposan en la actualidad.

Descendientes de Pilar Gullón solicitaron la apertura de la causa de beatificación en 2006 y, 13 años después, Olga, Pilar y Octavia están camino a ser nuevas beatas de la Iglesia. 

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