Los obispos de las provincias eclesiásticas de Santiago y Burgos: "Dios nos bendice y está con nosotros"

Repasamos los mensajes de esperanza transmitidos por los obispos en el programa 'Los obispos te acompañan' retransmitido por TRECE y COPE.es

Redacción Religión

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TRECE y COPE.es emitieron el pasado domingo el programa 'Tus obispos te acompañan', donde por primera vez en televisión, los principales representantes de la Iglesia de nuestro país se han unido al unísono para lanzar un mensaje de esperanza y fortaleza a la ciudadanía en estos tiempos difíciles, donde los españoles vivimos aislados, en estado de confinamiento para evitar la propagación del coronavirus.

Un programa excepcional para una situación inédita como la que vivimos que ha estado pilotado por José Luis Pérez y María Ruiz. Un recorrido por la esperanza y por la fe, en una firme apuesta por la confianza y la fortaleza.

En los últimos días el Papa Francisco nos invitaba a orar juntos en estos días de sufrimiento para vencer al miedo. Es lo que han hecho las 14 provincias eclesiásticas de nuestro país, porque hoy por hoy es más necesario que nunca escuchar su mensaje de esperanza. Repasamos este viernes los mensajes que transmitieron los obispos de las provincias eclesiásticas de Santiago y Burgos.

Provincia eclesiástica de Santiago

Mons. Julián Barrio, Archidiócesis de Santiago de Compostela: “En estos momentos de incertidumbre y de esperanza, la diócesis quiere mantenerse en oración y trata de hacerlo a través del rezo de los santos, del Rosario a las ocho de la tarde, a través del ángelus al mediodía y ayudándose también de una oración que hemos compuesto dedicada y orientada al Apóstol Santiago. Realmente es momento de acompañar y de sentirse acompañado. Y en esta preocupación no olvidamos a tantas y tantas personas que se sienten económicamente necesitadas. Y a tantas personas que se sienten solas. No puedo menos que agradecer la gran labor que están realizando los voluntarios de Cáritas, haciéndolo con una gran generosidad y con una gran disponibilidad. No podemos olvidar, y nunca agradeceremos suficiente, el esfuerzo encomiable y la disponibilidad que están mostrando el personal sanitario. Para ellos nuestro reconocimiento, y por supuesto nuestra gratitud. Queremos que de una u otra manera la diócesis se mantenga viva en la esperanza y unánime en la oración. Vivan la esperanza recordando aquellas palabras que ponía en boca de Beatriz dirigidas al apóstol Santiago diciéndole, “haz que desde aquí resuene la esperanza”. Esta esperanza que queremos que el Apóstol nos ayude a revivirla para poder agradecer a tantas personas lo que están haciendo por todos, y cada uno de nosotros, y para poder mirar con confianza al futuro porque sabemos que el Señor, Dios, nos lleva grabados nuestros nombres en la palma de sus manos, y esto es motivo, lógicamente, de una gran esperanza para todos y cada uno de nosotros en estos momento no fáciles, pero que estoy seguro que con la ayuda del Señor superaremos”.

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Monseñor Luis Ángel de las Heras, Diócesis de Mondoñedo-Ferrol: “Quiero invitaros a vivir este tiempo fuerte con responsabilidad, con esperanza, con misericordia y en comunión. Con responsabilidad, cumpliendo con las normas que evitan los contagios, teniendo cuidado con nuestros semejantes y siendo solidarios con ellos. Pidiendo también que todas las cosas se hagan bien, que haya medios suficientes para atajar la pandemia. En definitiva, procurando que todos seamos responsables con nuestro cometido. Con esperanza, la esperanza en el Señor Jesús, nos lleva a tener esperanza en la humanidad, en los profesionales sanitarios, en los miembros de los cuerpos de seguridad del Estado, en las personas que están sirviendo desde sus comercios que tienen abiertos, los que están al servicio de los más necesitados. En fin, esperanza también en el futuro después de este parón. Con misericordia, haciendo nuestro el sufrimiento de los demás, el de los enfermos, el de sus familiares, el de aquellos que mueren solos, el  sufrimiento de otras personas a los que la enfermedad aumenta sus desgracias. En definitiva, una misericordia que nos haga vivir con mejores ojos hacia los demás, con cariño y con amor. Y, por supuesto, en comunión. Esta situación nos hace darnos cuenta que necesitamos a los demás. Y los cristianos, a través de la comunión espiritual, podemos estrechar nuestros lazos, vivir más unidos, hacer ver al mundo esta necesidad del proyecto de la fraternidad universal. A todos les deseo el animo de parte de Dios y que pongáis el mayor buen humor posible".

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Monseñor Alfonso Carrasco, Diócesis de Lugo: “Desde mi balcón también quisiera recordar en primer lugar la grandeza que a todos nos impresiona del trabajo de nuestro personal sanitario sobre todo por la caridad, por el amor de los corazones, por la entrega y el riesgo que asumen con los demás. Y animar así a todos los que están sufriendo la enfermedad para que, teniendo estos ejemplos cerca, se acuerden de que hay cosas más importantes que no pasarán nunca. Que la enfermedad pasará y nosotros también pasaremos, pero que el Señor, el amor de Dios y la caridad que nos sostiene en el camino, no pasará nunca. La vida que viene de Dios, profundamente humana, que tanto podemos apreciar en estos días permanecerá, se salvará y esa es la noticia más importante. Por eso ejercitemos entre tanto el amor al prójimo de todo corazón, porque así no morirá nunca la esperanza”.

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Monseñor Luis Quinteiro, Diócesis de Tuy-Vigo: “Un saludo lleno de afecto y cariño para todos vosotros. Aquí desde la diócesis de Tuy-Vigo en donde, como en tantos lugares del mundo, algunos de manera muy dolorosa, estamos muy preocupados por esta situación de la pandemia del coronavirus. Especialmente nuestros mayores están viviendo un momento muy difícil. Nosotros intentamos que las personas se comuniquen, desde nuestras instituciones, especialmente desde nuestras parroquias. Intentamos promover ese contacto para que las personas no queden cerradas en sí mismas, sino que se abran, se comuniquen. Tenemos el teléfono, tenemos hoy en día muchos medios para comunicarnos y es muy importante no quedarse encerrado en uno mismo, salir, comunicarse. Y ayudar a quienes sabemos que una palabra nuestra puede ser muy importante para ellas. Queremos sentiros muy cerca a todos vosotros, de las demás diócesis de España. Sabemos que algunas estáis pasando momentos muy duros y muy difíciles. Animo, que el Señor nos proteja, que pasemos pronto de esta. Especialmente nos acordamos de la Santísima Virgen para pasar estos momentos tan difíciles”.

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Monseñor José Leonardo Lemos Montanet, Diócesis de Orense: "Desde esta ciudad de Orense quisiera comunicaros mi cercanía, y al mismo tiempo animaros en estos momentos de desconcierto para todos. Las autoridades nos piden que vivamos dentro del ámbito de nuestros hogares. Esforcémonos por convertir estos hogares en auténticas iglesias domésticas en donde se desarrollen nuestra vida cotidiana, y al mismo tiempo aprendamos a convertirlos en lugares y ámbitos de oración, de catequesis, cargados de ámbito positivo. Tenemos que levantar los ojos a Dios y darle gracias con el corazón agradecido a pesar de tantos signos de dolor como están golpeando nuestros corazones, signos de agradecimiento a tantos hombres y mujeres que entregan su vida, día a día, en el ámbito de los servicios, los servicios sanitarios, los servicios de voluntariado. Pienso de manera especial en los servicios de Cáritas, de una manera silenciosa, callada, pero eficaz, que están haciendo presente el rostro de la Iglesia. Un rostro que quiere ser la expresión viva de la caridad porque, hoy más que nunca, se nos pide que sea el ejercicio de la caridad, el mejor signo que la Iglesia realice en medio de esta sociedad".

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Provincia Eclesiástica de Burgos

Monseñor Fidel Herráez, Archidiócesis de Burgos: “Estamos viviendo ciertamente una situación que nos sorprende y nos sobrepasa, pero que tenemos que tratar de darle sentido lo más pleno posible, dentro de nuestras limitaciones. Un sentido cristiano y humano, que no son dos realidades separadas, sino que se están mutuamente complementando. Abiertos a Dios, pidiéndole que nos ayude y aprendiendo todo lo que podemos aprender de esta situación. Muchas realidades de nuestra vida personal y social tendremos que revisarlas a partir de todo esto que estamos viviendo, y mientras tanto a través de esta incomunicación comunicada, usar los medios de comunicación que podamos para ofrecernos esa ayuda a las personas que están enfermas, familiares, todo el personal sanitario y ayudar especialmente a los que están ayudando. En fin, a todos os envió un saludo muy cordial”.

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Monseñor Juan Carlos Elizalde, Diócesis de Vitoria: "Hola amigos, ¿cómo estoy viviendo estos días, como pastor, como obispo de Vitoria? Pues en la compañía del Señor, estoy físicamente muy solo, en mi casa, en el Obispado, pero a la vez muy conectado, muy en comunión, lógicamente, con los sacerdotes de mi diócesis en primer lugar. Hay una nueva manera de comunicarnos con nuestras comunidades, de rezar. Estamos haciendo la eucaristía por toda la gente que el señor nos encomienda, la misa pro populoY efectivamente sin comunidad, pero por la comunidad. Y me siento, pues, muy rodeado, muy querido, muy acompañado, constantemente en comunicación. Estoy rezando más que nunca. Estoy leyendo mucho. No desaprovecho un minuto, estoy todo el tiempo tratando de entregarlo al Señor y a los hermanos. Es un tiempo no puedo decir que gozoso lógicamente, es un tiempo profundo, con paz y con esa preocupación, ese dolor intenso por las personas más vulnerables, por las personas que están muriendo, por los que no están pudiéndose despedir de sus seres queridos, por el trabajo agotador de nuestros sanitarios, de las fuerzas armadas, de los cuerpos de seguridad, de toda la gente que trabaja en los servicios elementales en nuestra sociedad. Me siento muy en comunión, pero desde ese dolor grande. Tratando de que mi vida, humildemente, sea fecunda en mi pobre colaboración. Más allá de la diócesis y de las personas más vulnerables de la misma, pienso también en la Subcomisión de Migraciones y Movilidad, y esas realidades, esas personas, las más golpeadas en este momento por la pandemia, nuestros inmigrantes, nuestros refugiados, las personas más marginadas con menos recursos que están viviendo en condiciones infrahumanas, mi corazón está allí. No puedo expresarlo de otra manera que en la oración y la comunicación en mis pobres posibilidades. Tengo que decir que estoy viéndolo con paz, con una luz interior, con ese consuelo que el Señor da, con la presencia constante de Jesús, en la Eucaristía, en la Palabra, en la oración. Y desde allí, como todos los pastores de la Iglesia, yo estoy también tratando de vivir como una bendición, como el paso del Señor por mi vida en estas circunstancias, para ayudar a otros hermanos a que también, en medio del dolor, puedan reconocer el paso de Jesús".

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Monseñor Mario Iceta, Diócesis de Bilbao: "Queridos amigos estamos viviendo tiempos recios, pero yo quisiera transmitir un mensaje de ánimo, de confianza, de esperanza, de fortaleza, de paciencia. Dios está con nosotros. Desde la Encarnación del Verbo los límites de nuestra existencia han sido rotos. Incluso el límite de la muerte. Y ha generado entre nosotros relaciones nuevas, basadas en el amor y en la entrega. Lo vemos en los profesionales sanitarios volcados con nuestros enfermos, en todos los profesionales que proveen lo necesario para nuestra vida cotidiana, en nuestras familias, en los voluntarios de Cáritas y Pastoral de la Salud y otras instituciones, en nuestros sacerdotes disponibles cada día para lo que necesitemos. Ellos sienten en nosotros, sentimiento de profundo agradecimiento, y también de imitarles y extraer de nosotros para darnos a los demás, para pensar en los demás, volcarnos a ayudar a los demás. Tras la crisis sanitaria viene esta profunda herida familiar, social y económica. Juntos podremos superar las dificultades. Dios nos bendice y está con nosotros. Seamos también nosotros una bendición para los demás. Mucho ánimo y un fuerte abrazo fraterno".

Monseñor Abilio Martínez Varea, Diócesis de Osma-Soria: "Desde la villa episcopal de Burgo de Osma, ante la pandemia causada por el coronavirus, quiero transmitir a todos un mensaje de ánimo y de esperanza. Es innegable que estamos pasando por momentos duros, de mucho dolor y desánimo. Estos momentos, este tiempo, ha coincidido con la Cuaresma. Lo mismo que la Cuaresma termina en la Pascua, en la victoria de Cristo para el mundo, este tiempo de enfermedad terminará y entre todos venceremos al coronavirus. Agradezco la labor de tantas personas que contribuyen, incluso con riesgo de sus propias vidas, a parar esta pandemia. Héroes anónimos que se entregan día a día por el bien de los demás. Y no me olvido de los enfermos, de los difuntos y de los familiares. Desde la Iglesia queremos estar a vuestro lado con el apoyo y la oración. Este tiempo de confinamiento acabará con la propagación del virus y por quedándonos en casa contribuimos también nosotros a parar esta desgracia. Mantengamos la esperanza de que la victoria de Cristo llegará más pronto que tarde".

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