EL P. ARNÁIZ

El futuro beato español que "nos llama a vivir la santidad"

Alejandro Pérez Verdugo es canónigo. Ha trabajado mucho para la beatificación del P. Arnáiz y los actos de homenaje. ¿Por qué? ¿Cómo ha sido ese trabajo?

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Ale­jan­dro Pé­rez Ver­du­go es ca­nó­ni­go de la ca­te­dral de Má­la­ga, don­de ejer­ce como pre­fec­to de Li­tur­gia –área pas­to­ral de la que tam­bién es de­le­ga­do dio­ce­sano– y pá­rro­co de la San­ta Cruz y San Fe­li­pe Neri, Ale­jan­dro Pé­rez Ver­du­go (Ron­da, 1969) es el de­le­ga­do-coor­di­na­dor de la Co­mi­sión Pro-bea­ti­fi­ca­ción del Pa­dre Ar­naiz en­car­ga­da de la or­ga­ni­za­ción de los ac­tos en torno a la bea­ti­fi­ca­ción

¿Cómo sur­gió la Co­mi­sión y cuá­les han sido sus ob­je­ti­vos?

La Co­mi­sión Pro-bea­ti­fi­ca­ción fue crea­da por el Sr. Obis­po el 12 de enero de 2018 en una reunión en el Obis­pa­do. Está for­ma­da por los coor­di­na­do­res de sus di­fe­ren­tes sec­cio­nes: lo­gís­ti­ca, co­mu­ni­ca­ción, eco­no­mía, vo­lun­ta­ria­do, mú­si­ca, li­tur­gia, etc. y otros como la di­rec­to­ra de las Mi­sio­ne­ras de las Doc­tri­nas Ru­ra­les, el vice-pos­tu­la­dor de la Cau­sa o el su­pe­rior de los je­sui­tas. En mi caso, el Sr. Obis­po me nom­bró “de­le­ga­do-coor­di­na­dor de la Co­mi­sión Pro-bea­ti­fi­ca­ción del P. Ar­naiz”. Por tan­to, ade­más de con­vo­car y pre­si­dir las reunio­nes de la Co­mi­sión, tam­bién coor­dino la sec­ción de li­tur­gia.

¿Cuá­les han sido los as­pec­tos or­ga­ni­za­ti­vos más di­fí­ci­les?

La cues­tión más com­pli­ca­da fue de­ci­dir el lu­gar para la bea­ti­fi­ca­ción. Las op­cio­nes en el cen­tro de la ciu­dad eran in­via­bles para tal afluen­cia y gran par­te de la co­mi­sión no que­ría lle­var­se la ce­le­bra­ción a otro lu­gar que no fue­se el cen­tro. Por ello, fi­nal­men­te acor­da­mos que la Ca­te­dral y su en­torno era, en el cen­tro, el lu­gar más ade­cua­do y sig­ni­fi­ca­ti­vo.

¿Es­pe­ra­ban tan bue­na res­pues­ta de los fie­les?

El nú­me­ro de ins­crip­cio­nes no ha re­sul­ta­do ex­tra­ño dada la gran de­vo­ción que sus­ci­ta la fi­gu­ra del P. Ar­naiz tan­to den­tro como fue­ra de la Dió­ce­sis.

¿Cuán­to ha cos­ta­do? ¿Cómo se va a pa­gar?

Ac­tual­men­te no sa­bría­mos de­cir el mon­tan­te fi­nal por­que aún te­ne­mos pre­su­pues­tos sin ce­rrar, pa­gos por rea­li­zar, des­cuen­tos pen­dien­tes… pero la ge­ne­ro­sa co­la­bo­ra­ción de las ins­ti­tu­cio­nes y de los fie­les po­si­bi­li­ta­rá afron­tar el des­em­bol­so que su­po­ne un even­to de este ca­li­bre. No obs­tan­te, y te­nien­do en cuen­ta que el cri­te­rio de aus­te­ri­dad ha pri­ma­do, hay co­sas en la vida que no tie­nen pre­cio.

¿Qué va a sig­ni­fi­car para Má­la­ga el acon­te­ci­mien­to en sí de la bea­ti­fi­ca­ción?

Má­la­ga aco­ge su pri­me­ra bea­ti­fi­ca­ción y la Dió­ce­sis la se­gun­da (la pri­me­ra fue Ma­dre Car­men, en An­te­que­ra, en 2007). Se tra­ta de un acon­te­ci­mien­to li­túr­gi­co de toda la Igle­sia ce­le­bra­do en una dió­ce­sis. El P. Ar­naiz nos in­vi­ta a vi­vir la san­ti­dad a to­dos los dio­ce­sa­nos de Má­la­ga, tam­bién al hilo de la ex­hor­ta­ción apos­tó­li­ca del papa Fran­cis­co, Gau­de­te et ex­sul­ta­te.

¿Será el acto más mul­ti­tu­di­na­rio ce­le­bra­do nun­ca en la Ca­te­dral?

Es po­si­ble pero, más allá de lo mul­ti­tu­di­na­ria de la ce­le­bra­ción, lo im­por­tan­te es que la li­tur­gia de bea­ti­fi­ca­ción es evan­ge­li­za­do­ra y nos ayu­da­rá a va­lo­rar más que la li­tur­gia se­ma­nal es el mo­men­to evan­ge­li­za­dor que más ca­la­do y más asis­ten­cia tie­ne en la vida de nues­tras pa­rro­quias y de la Dió­ce­sis.

¿Qué le pide al P. Ar­naiz este día?

Le pido que in­ter­ce­da por la evan­ge­li­za­ción de nues­tra Dió­ce­sis, que to­dos bus­que­mos lo que in­tere­sa a Cris­to y no nues­tro in­te­rés y, fi­nal­men­te, pon­go en sus ma­nos de evan­ge­li­za­dor al­gu­nas in­ten­cio­nes par­ti­cu­la­res, pro­pias de un co­ra­zón sa­cer­do­tal.

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