Cáritas propone consolidar el ingreso mínimo y una reforma fiscal "coordinada" para salir de la crisis

En el Informe 2020 de la Fundación FOESSA, Cáritas ha revelado que el coronavirus ha paralizado el lento proceso de recuperación que venía iniciándose desde mediados de la década

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Cáritas Diocesana ha presentado este jueves, además de su Memoria Anual, el Informe 2020 de la Fundación FOESSA, que este año lleva por título “Distancia Social y Derecho al Cuidado”, donde se ha puesto el foco en el impacto que el COVID-19 está teniendo en la sociedad española.

El primer titular que ha aportado Guillermo Fernández, responsable del Equipo de Estudios de Cáritas, es que la pandemia y sus efectos “ha paralizado el lento proceso de recuperación que venía iniciándose desde mediados de la década y ha trastocado todas las previsiones y cambiado los planes de desarrollo de todos los sectores socioeconómicos”.

El informe revela que la pobreza severa no había parado de aumentar antes de la crisis sanitaria, de tal manera que a día de hoy tres de cada diez personas en la exclusión grave carecen de cualquier tipo de ingreso. Por otro lado, los hogares en exclusión grave que se sostenían sólo de los ingresos de su propia actividad laboral, que casi habían alcanzado a la mitad del colectivo antes de la crisis, han vuelto a caer dramáticamente. Hoy solo uno de cada cuatro hogares se puede sostener del empleo.

El Informe FOESSA 2020 recoge que, debido al impacto del coronavirus, la mitad de los hogares en situación de grave precariedad no pueden hacer frente a los pagos de hipoteca o alquiler de la vivienda (49,2%) y no disponen de dinero suficiente para pagar gastos de suministros (51,2%).

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Otro aspecto destacado que ha apuntado Fernández es que un 18% de los hogares en exclusión grave con menores de edad a cargo admite haber tenido que renunciar a una ocupación o puesto de trabajo para hacerse cargo de ellos. Y, un tema preocupante que no ha pasado por alto: "Las redes de apoyo, debilitadas tras la última crisis, pierden aún más capacidad de ayuda. La familia y los entornos cercanos siguen ayudando, pero cada vez menos, porque cada vez hay menos desde donde ayudar. La novedad quizá de esta crisis es que está introduciendo una nueva variable de estratificación social entre nosotros vinculada al riesgo de confinamiento. Este nos ha estructurado en tres grandes grupos: los confinados seguros, los confinados de riesgo y los desarraigados".

Un oscuro panorama que ha llevado a Cáritas a aportar una serie de soluciones para mejora el modelo de desarrollo social, tales como "aislar el debate sobre la salud pública de la crispación del clima político. Hay una elevada probabilidad de que la salud pública se convierta en un elemento electoral con gran potencial conflictivo, siendo un nuevo campo de batalla donde las fuerzas políticas pondrán en evidencia la falta de consensos de envergadura".

Además, proponen revisar la atención a la dependencia, consolidar el Ingreso Mínimo Vital en el sistema de Garantía de Ingresos en España, reducir la brecha digital con una estrategia coordinada o una reforma fiscal.

Ingreso Minimo Vital

Preguntado sobre la posibilidad de que el Ingreso Minimo Vital aprobado por el Gobierno de Pedro Sánchez pudiese contribuir a paliar estos datos, Guillermo Fernández se muestra escéptico, aunque reconoce que ayuda: "El Gobierno trata de reducir el margen de personas que hay en pobreza severa. Es una incógnita saber si ese dinero dará cobertura para todos. Hay 300.000 peticiones en el sistema de la Seguridad Social, pero no sabemos cuántos lo percibirán. Pero la pobreza es algo más que el dinero. Un ingreso de 400 euros cuando tienes que pagar 350 euros por una habitación, solo te dejan 50 euros para comer, transporte, suministros... con lo cual es una ayuda interesante, un hito, pero no va a eliminar la pobreza en este país. Ayudará pero no será suficiente".

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