La Asamblea General de Cáritas pide que esta crisis «no sea una ocasión perdida» para el bien común

Es la primera vez que en una asamblea de Cáritas participan el nuncio y los presidentes de Cáritas Europa y Cáritas Internationalis

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Al término de su LXXVIII Asamblea General, Cáritas Española ha llamado, en su declaración final, a que el cambio social sea positivo. «Apostamos por que esta crisis sea una oportunidad y no, como en casos precedentes, una ocasión perdida para sentar las bases de un Estado al servicio del bien común, que incorpore de una vez por todas a los descartados como ciudadanos en plenitud de derechos y dignidad», ha expresado Cáritas.

Además, la declaración pide «adoptar tanto en la vida pública y social como en la intimidad de nuestras vidas diarias, lo mejor de las lecciones que se desprenden de esta dolorosa etapa de confinamiento: el valor de lo público, lo comunitario y el bien común, la riqueza de redescubrir lo más cercano y la capacidad de solidaridad y apoyo que sigue latente en los espacios vecinales».

Como se puede leer en Ecclesia, la Asamblea ha defendido el papel que ha hecho Cáritas en estos meses. «El coronavirus está poniendo de manifiesto la naturaleza eminentemente voluntaria de Cáritas y la gratuidad de su misión samaritana como servicio organizado de la caridad, que, como no hemos dejado de repetir a lo largo de estos meses, “no cierra nunca”». Y ha afirmado que Cáritas canaliza «una corriente social de solidaridad pocas veces experimentada antes».

La Asamblea General de Cáritas pide que esta crisis «no sea una ocasión perdida» para el bien común

fernando sanchez

Una asamblea virtual

En un formato inédito, marcado por las normas de distanciamiento social, Cáritas Española celebró el pasado viernes por teleconexión su LXXVIII Asamblea General, una cita en la que, también por primera vez, participaron el nuncio en España, monseñor Bernardito Auza, junto a los presidentes de Cáritas Europa monseñor Michael Landau, y de Cáritas Internationalis, cardenal Luis Antonio Tagle.

Junto a ellos, a la Asamblea asistieron también el presidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal Juan José Omella; el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello; Atilano Rodríguez, presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social y Promoción Humana; y Jesús Fernández, presidente de la Subcomisión Episcopal de Acción Caritativa y Social, y acompañante de Cáritas.

Por parte de Cáritas, además de los miembros natos de la Asamblea (directores y delegados episcopales de las 70 Cáritas Diocesanas), intervinieron en la misma de manera activa en el desarrollo de la misma su presidente, Manuel Bretón; el delegado episcopal, Vicente Martín Muñoz; y la secretaria general, Natalia Peiro, que presentó su Informe anual.

En su saludo a los participantes, Omella animó a «seguir el ejemplo de Tobías y no desviar la mirada de los pobres y a trabajar por las tres 'T' en las que el Papa Francisco insiste: trabajar por la dignidad de las personas para que todos tengan un trabajo, un techo y una tierra».

Monseñor Rodríguez, por su parte, recordó que además de «ayudar a las necesidades materiales de muchas personas, también tendremos que cuidar su corazón, acompañar su soledad, fortalecer su ilusión y colaborar en la recreación de un nuevo mundo y una nueva forma de vivir».

«Creo que nunca hemos estado tan unidos –señaló el presidente de Cáritas— y que pocas veces antes se nos ha percibido como una confederación tan compacta, rocosa en sus ideales, y ágil y diversa en su acción diaria, que tiene muy claro el objetivo común, que es luchar por los olvidados y quienes más sufren, y seguir el Evangelio».

Además de los temas estatutarios ordinarios — aprobación de cuentas y avance de la programación para el año próximo —, los participantes en la asamblea reflexionaron sobre los retos que como sociedad y para Cáritas tiene esta crisis sanitaria y social, de profundo impacto social y económico, y la nueva situación en la que nos encontramos.

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