El arzobispo de Toledo, crítico con el proyecto de ley de la eutanasia

Braulio Rodríguez Plaza, titula “Nuestra Vida” a su carta pastoral de este próximo domingo. Un alegato a favor de la vida en el que cuenta cómo los debates que existen en televisión y radio acerca de la Eutanasia son mero marketing, resaltando que en ellos hay nada más que juegos y poder.

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Don Braulio Rodríguez ha afirmado que “la Iglesia no puede renunciar a servir a la razón y al amor a la realidad en tantas cuestiones que se debaten no a fondo, porque están cargadas de ideología y no se busca lo que verdaderamente interesa al ser humano. ¿Ponemos un ejemplo? La introducción de un proyecto de ley sobre la eutanasia en el Parlamento, de rabiosa actualidad. Según mi amigo obispo, ésta pertenece a ese tiempo de cuestiones “virales”, donde, como en las guerras, la primera víctima es la verdad. La verdad, y la razón como vía de acceso a ella. Se presenta dicha ley como un derecho más del ser humano. Interesante, ¿verdad? Pero, ¿es así realmente? Yo no me lo creo. El proyecto de ley está lanzado justo antes del verano, utilizando en su retórica falsamente negativa motivos tan poderosos como el ahorro en gastos médicos y de seguridad social. Pero no quisiera que en mis palabras se reflejara solo una valoración moral negativa de este proyecto de ley”.

Una reflexión sobre la vinculación del capitalismo con la reducción de los cuidados paliativos, ya que está muy vinculado a la reducción de costes en el sector sanitario. Rodríguez Plaza considera que “ hay que decir que esa visión del ser humano, que está detrás del proyecto de ley, es burguesa por los cuatros costados, que ha hecho del “bienestar”, del confort el dios definitivo. Tal vez es duro oír que la política de promoción de la eutanasia es un modo de reducir los costos de la Seguridad Social. Pero es verdad. Además, la política que fomenta la eutanasia es una política capitalista, utilitaria, la sostengan grupos políticos de centro, de izquierda o de derecha. Es capitalismo sin más. Y dejo claro que no soy partidario del encarnizamiento terapéutico, pero sí de los cuidados paliativos”.

El arzobispo de Toledo destaca como “se presenta dicha ley como un derecho más del ser humano. Interesante, ¿verdad? Pero, ¿es así realmente? Yo no me lo creo. El proyecto de ley está lanzado justo antes del verano, utilizando en su retórica falsamente negativa motivos tan poderosos como el ahorro en gastos médicos y de seguridad social. Pero no quisiera que en mis palabras se reflejara solo una valoración moral negativa de este proyecto de ley”.

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