El cantaor Miguel Poveda nos lo dice cantando, le gusta la cocina. Para él quien tiene la capacidad de activar los sentidos a través del paladar merece la denominación de artista.
La obra del artista nunca muere mientras es observada. Da igual que esa observación la hagamos desde nuestros ojos, oídos, manos o a través de nuestro gusto. Todo los que despierta nuestros sentidos un latido inesperado, un pensamiento que se nos escapa, una arruga que es belleza o un sabor que nos hiere en el recuerdo es una provocación. Una sugerencia a nuestra conformidad para que ésta no se haga sedentaria.
Quien hoy nos visita tiene algo que le hace maestro y es su inquietud por seguir aprendiendo. Se ha convertido en eterno porque es un referente. No necesita sacar un disco nuevo para sonar. Miguel Poveda siempre está en las ciencias que tocan el alma. Una voz que reta a los sentidos. Y que le da a este programa un protagonismo de lo que es una verdadera estrella.