La fonoteca es la gran enemiga de los políticos. Sobre todo de los que son asiduos practicantes de ese refrán tan castellano que dice: consejos vendo y para mí no tengo. Uno de los clásicos agarrado a ese dicho castellano es el número dos de Podemos, Pablo Echenique.

Han escuchado bien porque cuando Echenique quiere ser claro lo es. “Es una vergüenza que se tenga a gente trabajando sin pagarles la seguridad social”. Mientras decía eso, él tenía contratado de forma irregular a su asistente personal. Le tenía como falso autónomo, la Seguridad social le impuso una multa que ahora ha ratificado un juzgado de lo social de Zaragoza. Echenique pagaba al trabajador en efectivo, en negro, sin dejar rastro de sus servicios.

Lejos de pedir disculpas, lejos de asumir su error intencionado, hoy el número dos de Podemos ha seguido paseándose por las televisiones tratando de decir que lo que hizo, bien hecho estaba. Y se ha permitido hablar de la precarización laboral que rodea todo el sector de las VTC, de los vehículos con conductor. Como siempre, los de Podemos se sitúan por encima del bien y del mal, y se permiten dar lecciones de todo, eso sí, sin predicar con el ejemplo.