Enseguida te cuento las novedades del relevo en el Ministerio de Sanidad, pero antes es necesario hacer una foto fija de la situación que va a tener que afrontar la sucesora o sucesor de Salvador Illa.

El informe COPE compara hoy la tercera ola de esta pandemia con las dos anteriores. Y en España en esta tercera se están batiendo todos los récords, se supera el ritmo de contagios, la presión hospitalaria y, lo que es peor, también crece el porcentaje de fallecidos.

Aquí hay que distinguir periodos. La primera ola se ha situado de marzo a mayo del año pasado. La segunda desde agosto al 10 de diciembre. Y la tercera desde el 10 de diciembre hasta hoy. En esta tercera ola, se han diagnosticado más de un millón de nuevos contagios, en concreto, 1.125.115, han necesitado ingreso hospitalario 41.060 enfermos COVID y de ellos 740 han requerido ingreso en UCI. Y aquí está una de las claves, que saben bien los médicos intensivistas. La primera ola saturó las UCI y en esta tercera se están viviendo episodios incluso peores. Lo ha contado a COPE la doctora Maricruz Martin, de la Sociedad Española de Medicina Intensiva: “Como puede ser Andalucía o la comunidad valenciana, aunque no tuvieron ese impacto tan grande y ahora están teniendo una tercera ola mucho más intensa”.

Ahora mismo, la incidencia acumulada, de media en España, se acerca a los 900 casos cuando el pico en la segunda fue de 529 positivos por cada 100.000 habitantes.

Esta es la foto fija, esta es la realidad que hereda el sucesor o sucesora, si es finalmente Carolina Darias al frente del Ministerio de Sanidad. Salvador Illa ha pasado ya a ser candidato a tiempo completo y se va sin comparecer en el Congreso para rendir cuentas por el estado de alarma. También es verdad que no habría aportado mucho, salvo volver a escuchar sus exquisitas formas, pero vacías de contenido y sobre todo de realismo. Illa se va sin reconocer la cifra oficial de muertos que deja la pandemia en España. Mientras el Gobierno sólo admite 56.200 fallecidos, organismos públicos como el propio Instituto Nacional de Estadística elevan esa cifra en torno a los 80.000. Illa se va en el peor momento de la enfermedad, lo que confirma que su carrera política y sus aspiraciones electorales le importan mucho más que la gestión de la pandemia.