Una semana después de la publicación de la sentencia del proceso catalán, la violencia de los radicales sigue marcando la agenda política. Hoy el presidente del Gobierno ha visitado a los policías que han resultado heridos en los disturbios del centro de Barcelona. Lo hace tras escuchar las críticas que le acusan de dejación de funciones en materia de seguridad.

Los policías han denunciado que han estado a merced de los violentos, sin los medios ni efectivos suficientes poniendo en riesgo su propia integridad. El agente más grave es un antidisturbios que sigue ingresado en la UCI del hospital Sant Pau. En una semana, los episodios de violencia extrema dejan 289 policías heridos y casi 200 detenidos.

Los agentes no pueden hablar, sólo tienen permitido hacer declaraciones sus representantes sindicales, pero hoy en Herrera en COPE hemos escuchado a una madre. Se llama Matilde y su hijo es Mosso de Escuadra. Además de jornadas interminables, ha sufrido en primera línea a los radicales separatistas: “Mi hijo ha visto como compañeros suyos han caídos heridos. Les han tirado extientores, adoquines, de todo...”, explicaba.

Esta vez sí que ha habido coordinación entre los Mossos de Escuadra y el resto de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. En cambio, la comunicación sigue bloqueada entre el Gobierno de Sánchez y Quim Torra, presidente por el día a su manera y corta carreteras por la tarde. Durante su visita a Barcelona, Sánchez no se ha visto con Torra.

Estamos a tres semanas de las elecciones generales y ningún gesto es aleatorio. Todo está medido. También la exhumación de Franco del Valle de los Caídos. Sus restos serán trasladados al cementerio de Mingorrubio este mismo jueves. Las máquinas y el material ya está listo y el traslado será en helicóptero. Sánchez quiere utilizar la exhumación en campaña, aunque Franco, 44 años después de su muerte, esté más que amortizado.