Primero fue China y ahora toca Europa. Donald Trump amenaza con reventar el actual tablero del comercio internacional. El presidente de EEUU nunca ha negado que quiere controlar el mundo más allá de sus fronteras. En las últimas horas, un organismo internacional, como es la Organización Mundial del Comercio, le ha dado un espaldarazo a sus ansias de poder.

El origen del conflicto son las subvenciones que recibió de la Unión el fabricante aeronáutico europeo Airbus. Es el principal competidor de la americana Boeing y EEUU exigió compensaciones. Ahora tiene vía libre y esas compensaciones se van a aplicar a los aranceles, el dinero que pagan las empresas por las exportaciones.

No estamos hablando de poca cuantía porque podrían llegar hasta el 25%. EEUU comenzará apliar las tarifas el 18 de octubre. En España hay sectores que se van a ver afectados directamente. Destacan los vinos, la aceituna y el aceite y también los productos derivados del cerdo. Todos los sectores que se pueden ver salpicados por esta nueva guerra comercial de EEUU son cautelosos José Luis Benítez es director general de la Federación española del vino: “Todo es reversible. Es un tira y afloja y cabe la esperanza de que salga de la lista cualquiera de nuestros productos, o que metan a todos, nunca se sabe”, señalaba para ejemplificar la incertidumbre.

Y hoy se cumplen justo dos años de este mensaje del Rey Felipe VI, que hablaba de “un inaceptable intento de apropiación de la instituciones históricas de Cataluña. Esas autoridades, de una manera clara y rotunda, se han situado al margen del derecho y de la democracia”.

La situación en Cataluña era de máxima tensión. El referéndum ilegal había amenazado las estructuras del Estado y el Rey pronunció un discurso que forma ya parte de la historia de España. Supuso un antes y un después y fue el gran impulso para que el Gobierno de Rajoy se atreviera a aplicar el artículo 155 de la Constitución en Cataluña. Dos años después, a la espera de la sentencia contra la cúpula separatista, Torra y los independentistas amenazan con volver a las andadas. En frente, volverán a tener al Rey.