El presidente del Gobierno está hoy en Barcelona. No estaba en agenda y a primera hora Moncloa ha informado que Pedro Sánchez iba a viajar a Cataluña para visitar a los policías heridos en los graves disturbios de la semana pasada. Atrás quedan días de una violencia extrema y de críticas de los sindicatos policiales por la improvisación del operativo del Ejecutivo a pesar de que se esperaba respuesta en las calles a la sentencia del proceso catalán.

Después de una noche de relativa calma en las calles, hacemos balance y nos preguntamos qué es lo que va a pasar a partir de ahora. Nada es improvisado y el que activa o desactiva el botón de las protestas no está en la calle. Está en un despacho de la Generalitat y se llama Quim Torra. Lo de la violencia se le va de las manos, pero el origen está donde está. Con su imprudencia de sumarse él mismo a las marchas, corre el reisgo de que a ese movimiento independentista se sumen radicales. Por eso el máximo responsable es él.

El balance es para tenerlo en cuenta. Una semana de disturbios dejan 289 policías heridos y casi 200 detenidos. Las pérdidas de mobiliario urbano superan los dos millones de euros. Y a eso hay que sumar los destrozos en vehículos privados, comercios y bares. Vanesa trabaja en bar situado en Rambla Cataluña y ha estado en Mediodía COPE: “Vino uno de los chicos, hizo fotos a las mesas de madera y al cabo de cinco minutos teníamos delante del local a 15 personas violentas que querían quemar. Dijeron que iban a quemarla, metimos todo para dentro, pero estaban aquí con palos y pinchos”, explicaba Vanesa.

La pregunta que más se repite en las últimas horas es cómo va a afectar al resultado de las elecciones del 10 de noviembre todo lo que está pasando en Cataluña. Los sondeos de las últimas horas apuntan a que el PSOE podría obtener peor resultado que en abril y si eso es así se confirmará ese refrán tan castellano que habla de hacer un pan como unas tortas. Suben PP y Vox y se hunde Ciudadanos. Esta mañana en Herrera en COPE, la portavoz parlamentaria Inés Arrimadas quitaba importancia a las encuestas y decía que el panorama está muy abierto. Arrimadas se centra en lo que le puede pasar a Sánchez: “Sería una mujer muy feliz si a Pedro Sánchez le saliera mal la 'jugadita' de llevarnos a segundas elecciones y si el Partido Socialista tiene un mal resultado creo que va a ser más fácil que ellos entiendan que tienen que hacer un cambio de estrategia , que la gente ya no traga tantos pactos con nacionalistas y que así podamos hacer grandes reformas”, comentaba Arrimadas.