La ausencia del Rey ha marcado hoy la entrega de los despachos a los nuevos jueces. El acto ha sido en Barcelona y el veto impuesto por el Gobierno al Rey, la decisión bien tomada que dice la vicepresidenta, ha tenido consecuencias. La primera es que la figura de Felipe VI, aunque no sea física, sí que ha estado presente durante toda la cita. Por todos los rincones.

Cristina Menéndez es de Zaragoza y tiene 27 años. Es la número 1 de la promoción. Hija y nieta de fiscal y sobrina de juez, Cristina ha recordado en su discurso que el Poder Judicial tiene que estar al margen de los juegos políticos. Así se ha expresado: “Dados los últimos acontecimientos y ante el abrumador silencio de todas las instituciones públicas, no puedo dejar pasar esta jornada sin hacer un alegato en favor del poder judicial, que, recordemos, lucha y encarna dicha virtud de justicia y que jamás debiera ser usado como moneda de cambio ni como parte de juegos políticos o institucionales”.

Había especial interés por escuchar al presidente del Consejo General del Poder Judicial. Con toda la solemnidad que requiere un acto como este, Carlos Lesmes también ha afeado al Gobierno la ausencia del Rey. Esto es lo que ha manisfestado: “Sentimos un enorme pesar por esta ausencia. Y nuestro lamento no solo obedece al hecho de que se rompe con una tradición de más de 20 años, sino también y sobre todo porque la presencia de Su Majestad el Rey, el Jefe del Estado, en la ceremonia de entrega de despachos a los nuevos jueces responde al especial vínculo constitucional de la Corona con el Poder Judicial”.

Ha habido otra ausencia destacada. La del presidente del Tribunal Constitucional. Juan José González Rivas había confirmado su presencia hace días, pero tras conocerse el veto al Rey ha comunicado que él tampoco estaría hoy en Barcelona. Ha esgrimido razones de agenda.

La decisión de excluir al Rey de este acto, de la toma de posesión de los nuevos jueces, no es un gesto más. Hay un contexto que ha llevado al Gobierno a tomar esa decisión. Y no sólo influye la negociación de los presupuestos con Esquerra Republicana de Cataluña. También los indultos a los presos condenados por el intento de golpe separatista y la modificación de los delitos de sedición para que ese tipo de maniobras salgan muy baratas. Por cierto, en cuanto a esta reforma del Código Penal. Escuchen lo que ha dicho esta mañana en Antena 3, la portavoz socialista Adriana Lastra:“El presidente decía en el debate de investidura, lo recordará, que había que reformar el delito de sedición, porque es verdad que tenemos un Código Penal que tiene 200 años”.

200 años dice Adriana Lastra. No. El Código Penal vigente se aprobó en 1995, con Felipe González como presidente del Gobierno y con Juan Alberto Belloch como ministro de Justicia.