El miedo y el pánico avanza por todo el mundo mucho más rápido que el coronavirus. En Italia han seguido sumando positivos por el COVID 19 aunque las cifras siguen lejos de los que cada invierno se registran por cualquier tipo de gripe. 283 personas en Italia están contagiadas por coronavirus y se mantiene el balance de siete muertos. Las autoridades sanitarias insisten en que todos los fallecidos son de avanzada edad y tenían patologías previas. Aún así, Italia es un país sumido en una cierta psicosis más aún después del caso confirmado en el sur.

Aquí en España la noticia está en un hotel del sur de Tenerife. Un médico italiano que estaba de turismo ha dado positivo y eso ha obligado a aislar por completo al millar de clientes. La policía ha acordonado el hotel, sólo pueden entrar con el permiso oportuno y hasta allí se ha dirigido Ricardo Palacios. Tiene una empresa cárnica, disponen de mascarillas. Y como escasean en las farmacias, ha llevado mascarillas para el millar de personas que permanecen en cuarentena en ese hotel: “Me ha llamado el pl personal del hotel que por lo visto necesita mascarillas y guantes y al trabajar en una empresa cárnica tenemos el material y lo que sea echar una mano, pues aquí estamos, con 1.000 mascarillas y 200 guantes para la policía”.

¿Qué sabemos del turista italiano, del médico que estaba de vacaciones en ese hotel de Tenerife y que dio positivo en un primer análisis? Se le ha realizado un segundo examen cuyo resultado conoceremos en las próximas horas. Este hombre se encuentra bien de salud y permanece aislado en el hospital de la Candelaria de la capital tinerfeña.

Enseguida nos situamos en las inmediaciones de este hotel de Tenerife en un martes en el que hemos vuelto a escuchar una reivindicación que nos empieza a ser familiar. El sonido de las tractoradas que hoy han colapsado muchos puntos de Sevilla. Se cumple un mes de las protestas de las gentes del campo y hoy el Gobierno ha aprobado un primer paquete de medidas urgentes. Ponen en el foco en la cadena alimentaria. Dicen las organizaciones agrarias que van en la buena dirección pero se antojan insuficientes para levantar las protestas. Quien despreció la fuerza de agricultores y ganaderos, se ha dado de bruces con la realidad.