Sesión de control, que se ha convertido en sesión de arranque de campaña, con altas dosis de Sanchismo. El sanchismo tiene mucho ingredientes. El sanchismo es llevar hasta el ridículo la política de imagen. Si hay inundaciones Sánchez se hace una foto a bordo de un helicóptero como si estuviera en Vietnam, no se hace una foto con la pala retirando lodo, ni dando ánimo a nadie. El Sanchismo consiste en decir hoy lo que conviene con mucha convicción y decir lo contrario al día siguiente con más convicción. Es lo de siempre pero a la enésima potencia.

Hoy por ejemplo ha amenazado a Rufián con aplicar el 155 cuando hace unos meses estaba dispuesto a darle a Torra un mediador. El Sanchismo consiste en negar lo evidente confiado en que la política de comunicación puede convertir la noche en el día. Y el sanchismo consiste también en echarle la culpa a todo el mundo de lo que ha ocurrido. Sánchez ha dejado claro que si no gobierno es por culpa de otros. Sanchez aseguró anoche que va a pedir a los españoles que lo digan más claro el próximo 10 de noviembre". Hoy lo ha vuelto a repetir, si los españoles le hubieran dado una mayoría rotunda no hubiera sido víctima de Iglesias y de Rivera.