Estamos en plena crisis migratoria. No estamos sufriendo ni una avalancha ni una invasión de inmigrantes irregulares que ponga en peligro nuestro sistema de convivencia y nuestro sistema del bienestar. Eso lo dicen algunos para ganar votos a río revuelto. No es verdad que estemos sufriendo una invasión. Pero sí es verdad que hasta el mes de noviembre habían entrado 54.000 inmigrantes en España, un 150 por ciento más que el año pasado. Casi todos han llegado desde Marruecos. Y muchos de ellos no han llegado. Este fin de semana han llegado casi 260 personas, pero hace pocos días frente a las aguas del pueblo gaditano de Caños de Meca se ahogaron alrededor de una veintena. Lo sorprendente es que en esta situación el Gobierno de Sánchez no esté pidiendo más ayuda para los rescates a Frontex, la agencia europea que se ocupa de las fronteras. Frontex estaría dispuesta a ayudar a España si el Gobierno de Sánchez lo pidiera para mejorar los rescates. Cuando la crisis migratoria estaba centrada en Italia o en Grecia las ayudas para los rescates fueron mucho más abultadas. Sánchez, que tiene una política migratoria nefasta, no quiere alzar la voz. Dice que pedir más ayuda a Frontex supone reforzar a las mafias. Mientras la gente se sigue muriendo por decenas en el estrecho.