El Gobierno se ha plantado. Poquita broma con el asunto de Gibraltar. El próximo domingo, si las cosas van como tienen que ir, en teoría tiene que haber una ratificación por parte de los socios europeos del acuerdo para el Brexit, pero el Gobierno de Sánchez ha ido revisando el largo texto y se ha dado cuenta de que en el artículo 184 de ese texto hay algo que no nos viene nada bien. En ese artículo se detalla cómo será la negociación para la relación entre la UE y el Reino Unido tras la salida. No queda claro, según cómo está redactado el artículo 184, que la Constitución de Gibraltar no es una cuestión que es algo que compete al Reino Unido y la UE. Que en el momento que se produzca la salida del Reino Unido, Gibraltar no es territorio europeo. Por tanto, a quien le compete aclarar cómo quedan las relaciones es a Madrid y a Londres. Es España la que debe de tener la última palabra sobre cómo quedan las cosas en Gibraltar una vez que el Reino Unido se ha marchado. Es importante que el Gobierno de Sánchez se mantenga en esto firme. Lo que no sabemos si debía haber sido firme antes y ha reaccionado muy tarde. Si se equivocó al renuncar la co-soberanía. Ahora se tiene que mantener firme. En lo que se refiere a Gibraltar es Madrid quien tiene la primera y la última palabra.