Durante este fin de semana van a continuar los trabajos en Roma de la reunión extraordinaria convocada por el Papa Francisco con líderes de la Iglesia Católica de todo el mundo para hacer frente a los abusos sexuales a menores. 

Esta viernes, La Tarde ha estado en la Parroquia de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, en Madrid, para ver cómo se está viviendo en una parroquia cualquiera lo que sucede en Roma. Han atendido a los micrófonos de COPE el padre Andrés García Serrano, párroco de esta iglesia, y los parroquianos María y Ramón.

"Hay un dolor inmenso por lo que miembros de la Iglesia hayan podido hacer con los más pequeños y los más indefensos, a los que se les ha podido dañar con daños irreparables". Así explicaba el padre Andrés lo que se siente en la parroquia, donde no para la "oración por ellos y para que nunca jamás se vuelvan a repetir estos acontecimientos". 

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El padre Andrés ha desarrollado parte de su formación en Bostón, donde se han producido un mayor número de casos por abuso. Allí aprendió "a vivir las consecuencias de un mal ejercicio del ministerio sacerdotal", donde vio "cómo ha afectado tremendamente a las víctimas y también a toda la iglesia".

Además, ha contado una anédcota que lo dejó marcado y dolido: "Estábamos en un McDonald y en la cola esperando había un padre con un niño, y alto y claro y dijo: 'Ves a ese, pues quiero que nunca jamás te juntes a uno como ese'". 

Este hecho, llevó al padre Andrés a decirse "haré todo lo posible para que nunca un sacerdote sufra las consecuencias de lo que yo he hecho". 

Ahora en la parroque se extrema "el cuidado de todo lo que los sacerdotes hacemos: lo hemos cambiado todo para que sea todo transparente", explica refiriéndose a los sitios de reunión que hay en la parroqui. Y sobre todo, "tolerancia cero con lo que pueda hacer un sacerdote, cuidamos el trato personal para que se eduque en la afectividad y cómo vivimos nuestro ministerio para que aquí nunca pase". 

Una de las parroquianas que ha atendido a La Tarde es María, médico de familia y madre de dos hijos, quien ha explicado que ante lo que está sucediendo en Roma tiene dos sentimientos: El primero dolor, porque esto "como miembro de la iglesia que es mi familia me duele". Pero por otro lado "seguridad, confianza" en cómo lo está haciendo el Papa Francisco. Por lo que tiene claro que hay que apoyar al Papa "no solo con la oración, también con una responsabilidad en la formación con nuestros hijos".

Para esta formación, "se debe de hablar en casa, explicar con transparencia". "Hay que formarles, explicarles el campo de la afectividad y de la sexualidad. Los sacerdotes son también hombres, posiblemente haya alguna carencia afectiva por la que han caído en estos hechos. Hay que explicar que el ser humano es débil. Les explicas que hay que rezar por las vícitimas y que hay que rezar por todos los sacerdotes. Todos somos iglesia, estamos dentro del mismo barco".  

El otro parroquiano que ha atendido a Fernando de Haro en la Parroquia de Santa Teresa Benedicta de la Cruz es Ramón, padre de tres hijos, quien califica los abusos como "uno de los problemas más graves" que ha habido en la iglesia pero también en la sociedad, pero apunta que lo vive con "optimismo, porque conozco a muchos sacerdotes muy buenos", y "lo que está haciendo el Papa es atacar el problema en profundidad, enfocándose en la víctima, para devolverle todo el cariño que le había faltado", y sostiene que "la Iglesia está haciendo la labor que debería haber hecho desde el principio".