Cuando suena el despertador y toca desperezarse, levantarse de la cama y comenzar el día. Algunos –la mayoría- lo hacen a primera hora de la mañana: Cuando los primeros rayos de sol todavía no calientan, los pájaros del parque muestran su alegría y el olor a café se cuela desde la cocina hasta la habitación y el salón de la casa. En resumen, cuando toca prepararse para ir a trabajar.

Pero no todos os levantáis con el sonido de los pájaros. Otros seguro que lo hacéis con el ruido del tráfico de mediodía o con el bullicio de la calle a media mañana. ¿Sabías que dependiendo de cuándo lo hagas, eres búho o alondra? Son dos ritmos y formas de vida diferentes. Que se notan en nuestro rendimiento laboral y también en nuestra vida social.

Juan Antonio Madrid, Catedrático y director del Laboratorio de Cronobiología de Murcia, ha puntualizado en 'La Tarde' que “la gran mayoría de la población no es ni búho ni alondra”.

Luego, ha explicado que “el prototipo de alondra es una persona que se despierta al 100% de actividad, locuaz, que es capaz de ingerir alimentos, de memorizar todo lo que se le dice, que tiene su mejor momento en las primeras horas del día”.

En cambio, el búho “lo primero que hace es ir a lavarse la cara y tomarse un café para ver si es capaz de articular algo, y cuando le dicen más de dos o tres cosas no lo memoriza”.

“El hecho de que uno sea búho o alondra está determinado por su reloj biológico”, explica Madrid.

“Todos vivimos de una forma subconsciente bajo el dictamen de un reloj que nos dice en qué momento deberíamos dormir y en qué momento somos incapaces de dormir”, expone el Catedrático de Cronobiología. “Ese reloj funciona en unas personas más rápido y en otras más lento. En función de la velocidad que tiene en cada persona, eres búho o alondra”.

Respecto a la mejora hora para dormir, “el sueño más reparador es el que se centra en el periodo de oscuridad natural, porque favorece la secreción de una hormona, que es la melatonina, y eso potencia la profundidad del sueño”.

“Si nos acostamos a las diez de la mañana ese sueño ya no va ser tan reparador”.

Además, Madrid ha hecho una exposición del “conflicto entre tres tiempos” que van contra el reloj biológico.

Por un lado, “vivimos con un reloj interno, que es nuestra tendencia endógena natural”.

“Sobre ese reloj interno se impone un tiempo oficial, el de los horarios de entrada y salida del trabajo”, continúa el catedrático.

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Y, “desde hace 140 años tenemos un tiempo ambiental que hemos manipulado hasta conseguir que la noche desaparezca, la luz artificial”.

Por ello, hay que “conjugarlos y hacerlos armónicos entre sí”.

Sobre a qué prototipo responden los españoles, Madrid ha contado que cuando se hacen tests a nivel mundial, en España sale un porcentaje de vespertinos enorme. Eso, lo achacan los expertos “al factor cultural, con salidas del trabajo tardío”, y a otro factor que consiste en que “nuestra hora oficial está desfasada entre una y dos horas con la hora solar. Eso nos retrasa todo”.