Las cifras de la inmigración son demoledoras, aplastantes. Números que hablan de los últimos rescatados en la costa, del asalto masivo a la valla. Olvidamos que tras sus cuerpos ateridos y los gritos de agradecimiento siempre hay una historia.

Una historia como la del senegalés, Idrissa Diop. Decidió salir de casa con su mujer, Aminata, y montarse en una patera. Llevan 10 años en La Coruña ya han tenido dos hijos: Cheikh Baba de 2 años y Mohammed de 9.

Idrissa ha contado en 'La Tarde' que "el viaje fue muy duro". De su país, Senegal, fue a Mauritania donde estuvo un tiempo. Y de ahí hacia España, a Tenerife concretamente. Fue un viaje por el mar de tres días.

Pero para él poner pie en España fue "una situación dura", porque "hay que empezar a caminar como un bebé", con unas leyes nuevas que hay que respetar. A lo que hay que añadir que tanto él como su mujer "no teníamos papeles ni nada". Pero "con la ayuda de la Ley de Inmigración hoy estamos casi cerca del final del túnel", porque le faltan unos papeles para empezar a trabajar. "Ya hay patrones que me están esperando cuando saque los papeles", explica.

Pero hay un elemento clave en la trayectoria de Idrissa en España, porque lo encontraron "casi en un pozo". "Gracias a Cáritas", expone Idrissa.

Tenía trabajo en Senegal pero decidió salir de su país porque "el ser humano tiene que buscar donde puede mejorar su vida. Mis sueños no se han cumplido en Senegal. Hay que buscar un lugar donde tienes esperanza de ir mejor".

Y se embarcó en una patera con su mujer y un sobrino.

Pero ahora, si algún compatriota le pidiera consejo sobre si abandonar el país, "les diré que hay que pensarlo bien", aunque prefiere no darle consejo a nadie, porque "la persona tiene esperanza no la puedes parar", y ademñas no quiere !ser egoísta". 

Y para evitar que sus paisanos tomen la decisión del país, Idrissa explica que Senegal necesita "trabajo estable", porque de esta forma "los jóvenes que cruzan sí tienen un trabajo estable no van a salir. Es lo que falta".