Esta mañana ha comenzado en el Vaticano el gran encuentro que ha convocado el Papa para hacer frente a los abusos sexuales dentro de la Iglesia católica. Francisco, con esta reunión que es, sin duda, histórica ha querido hacer un gesto contundente, dejar claro a los hombres de Iglesia que tienen responsabilidad , y a los que no tienen responsabilidad, que hay que afrontar esta terrible injusticia y terrible mal cometida por aquellos que debían utilizar su autoridad para ser testigos de la bondad de Dios. Por aquellos que , además de abusar sexualmente, hicieron un abuso de poder y han causado un mal terrible, robando la inocencia de niños y jóvenes. Francisco ha reunido a 190 responsables eclesiales de todo el mundo y les ha pedido medidas concretas y efectivas.

Nos mira y espera de nosotros, no solo simples y obvias condenas, sino disponer medidas concretas y efectivas. Es necesario concreción.

El Papa ya ha dicho en otras ocasiones que una sola víctima sería demasiado. Y ha querido que esta mañana los responsables eclesiales escucharan a algunas víctimas de abusos. Francisco ha dicho en otras ocasiones que el dolor de las víctimas clama al cielo. Y que no se actuó a tiempo para reconocer el daño que se estaba causando. Desde Roma se viene diciendo hace tiempo que en nombre del prestigio de la institución no se puede ni ocultar ni restar importancia a esta monstruosidad. La regla de la colaboración con la justicia civil es ahora una regla sacorsanta. El propio Vaticano ha agradecido la labor de algunos periódicos e investigaciones periodisticas que han ayudado a destapar situaciones horribles como las que se produjeron en la diócesis de Boston en Estados Unidos. Francisco ha defendido tolerancia cero respecto a la pedrastia y ha asegurado que los obispos deben remover a los sacerdotes que cometan abusos y acompañar a los padres en las denuncias en los tribunales civiles.

Con esta cumbre en Roma no se comienza la lucha de la Iglesia contra los abusos. Desde hace años se viene haciendo un trabajo en este campo, pero hay mucho por hacer todavía, según la indicación de Francisco. Benedicto XVI pocos meses antes de ser elegido Papa, en el Via Crucis de 2004 denució que en la Iglesia había mucha suciedad. El Papa alemán expulsó del sacerdocio a mas de ochocientos abusadores , así como a algunos obispos. Y estableció protocolos claros.

En Herrera en Cope, el secretario de la Conferencia Episcopal ha insistido en la necesidad de mirar a los ojos a las víctimas