El pequeño Stalingrado. Así es como se conoce a un pequeño pueblo de la provincia de Zaragoza que fue el epicentro de una de las mayores batallas de la Guerra Civil. Todo lo que se escuchaba en Belchite durante agosto de 1937 era el sonido de las bombas cayendo en sus calles.

Ochenta y cuatro años después, el pueblo viejo de Belchite es un vestigio de lo que un día fue y sus ruinas atraen cada año a unos cuarenta mil turistas nacionales. Ahora Belchite vuelve a estar de actualidad y la razón no es otra que la partida plurianual de hasta siete millones de euros que el Gobierno ha previsto en los Presupuestos Generales del Estado de 2022 para “preservar el pueblo viejo”.

Belchite es ya una huella de la historia de España como escenario de una de las más cruentas batallas de la Guerra Civil, pero ¿qué pasó realmente en Belchite?

Para averiguarlo, como cada miércoles, nos acompaña el profesor y catedrático de Historia, José Luis Corral. Nuestro experto nos ha explicado que Belchite, lamentablemente, es a día de hoy “unas ruinas que están desapareciendo con el tiempo”. Sin motivo aparente más que el de la dejadez, el pueblo “hace cuarenta o cincuenta años estaba casi intacto”.

Sobre lo que sucedió allí, Corral nos ha contado que fue una batalla “muy importante”. La razón por la que ha pasado a la historia es que “supuso que los republicanos lanzarán una gran ofensiva para conseguir su objetivo: la conquista de Zaragoza”. De hecho, él afirma que no es solo clave para la conquista de la parte sur de la capital zaragozana, sino también “para la conquista del valle del Ebro”. La ofensiva republicana consiguió ser “frenada por las tropas franquistas” pero se llevó por delante aproximadamente unas cinco mil vidas.

A pesar de ser una lucha muy dura, José Luis Corral nos ha detallado que “no hubo una destrucción masiva del pueblo” al ser un combate con “armas ligeras”. Algo que ha colaborado en que Belchite aún hoy, a pesar de estar en ruinas, siga en pie.